29/5/07
KABALA - PART.3
LOS SEPHIROTES
Los 10 Sephirotes de vibración universal emanan del Ain Soph, que es la Estrella Microcósmica que guía nuestro interior. El Real Ser de nuestro Ser.
Se habla de los 10 Sephirotes, en realidad son 12; el Ain Soph Aur es el 11, el Ain Soph es el 12 y su antítesis tenebrosa el Abismo.
SEPHIROTE NOMBRE ATRIBUTO CUERPOS
KABALISTICO CRISTIANO
1 Kether Hajot Ha Kadosh Serafines Corona Suprema Padre
2 Chokmah Ophanim Querubines Sabiduría Hijo
3 Binah Aralim Tronos Inteligencia Espíritu
4 Chesed Hasmalim Dominaciones Amor Intimo
5 Geburah Seraphim Potestades Justicia A. Divina
6 Tiphereth Malachim Virtudes Belleza A. Humana
7 Netzach Elohim Principados Victoria C. Mental
8 Hod Beni Elohim Arcángeles Esplendor C. Astral
9 Jesod Cherubin Angeles Fundamento C. Vital
10 Malchuth Ischim Iniciados El Reino C. Físico
Son 12 Esferas o Regiones que se penetran y compenetran mutuamente sin confundirse. Las 12 Esferas gravitan en el átomo central del signo del Infinito. En esas 12 Esferas se desenvuelve la Humanidad Solar. Ya habíamos dicho que el signo del Infinito se halla en el centro de la Tierra, en su corazón. Los Sephirotes son atómicos, los 10 Sephirotes pueden reducirse a tres tablas:
1.- Tabla del Quanta de la Energía Radiante que viene del Sol.
2.- Tabla de los Pesos Atómicos de los elementos de la Naturaleza.
3.- Tabla de los Pesos Moleculares de los compuestos.
Esta es la Escala de Jacob, que va de la Tierra hasta el Cielo. Todos los Mundos de Conciencia Cósmica se reducen a tres tablas.
Un Sephirote no puede ser comprendido en una sola región pues su naturaleza es cuádruple. Por eso los kabalistas se expresan claramente al decir que hay Cuatro Mundos.
Aziluth: Es el Mundo Arquetípico o Mundo de las Emanaciones, es el Mundo Divino.
Beriah: Es el Mundo de la Creación, también llamado Khorcia, o sea el Mundo de los Tramos.
Yetzirah: Es el Mundo de la Formación y de los Ángeles.
Assiyai: Es el Mundo de la Acción, el Mundo de la Materia.
Tres Sephirotes de la forma se encuentran en el Pilar de la Severidad (Binah, Geburah, Hod).
Tres Sephirotes de la Energía se encuentran en el Pilar de la Misericordia (Chokmah, Chesed, Netzach).
Y entre esos dos pilares está el Pilar del Equilibrio, donde están los distintos Niveles de Conciencia (Kether, Tiphereth, Jesod, Malchuth).
Todos los 10 Sephirotes conocidos, devienen de Sephira, la Madre Divina que reside en el Templo Corazón; IO es el mantram de la Madre Divina y son 10 las Emanaciones de la Prakriti, es decir, los 10 Sephirotes
Kether es el Padre en nosotros, un Hálito del Absoluto para sí mismo profundamente ignoto. Kether es el Anciano de los Días, y cada uno de nosotros es en el fondo un bendito Anciano de los Días. Chokmah es el Hijo, El Cristo Atómico en nosotros. Binah es la Madre en nosotros, el Espíritu Santo en nosotros.
Kether, Chokmah y Binah, son nuestra Corona Sephirótica.
El Padre muy amado, el Hijo muy adorado y el Espíritu Santo muy sabio, viven entre las profundidades de nuestra Conciencia Superlativa, aguardando el instante supremo de nuestra Realización.
El Espíritu Santo es nuestra Divina Madre que viste un manto azul y una túnica blanca de exquisitos esplendores.
La Madre lleva en su mano una lámpara preciosa; esa lámpara es el Íntimo que arde en el fondo de nuestros corazones. El Intimo está contenido entre un vaso de alabastro fino y transparente. Ese vaso es nuestra propia Conciencia Superlativa, es nuestro Buddhi. El Íntimo es el Sephirote Chesed; el Buddhi es el Sephirote Geburah. El Íntimo y el Buddhi se expresan a través del Alma Humana. El Alma Humana es Tiphereth, la Voluntad, la Belleza. Así pues, el Íntimo con sus dos Almas, la Divina y la Humana oficia en su trono, que es el Sistema Nervioso Cerebro Espinal.
El Íntimo está coronado con la Corona Sephirótica. El Íntimo habita en su Templo. El Templo del Intimo tiene dos columnas: Jachin y Boaz. Jachin es la Mente. Boaz es el Cuerpo Astral. La Mente es el Sephirote Netzach. El Astral es el Sephirote Hod. Estas dos columnas del Templo se sostienen en la Piedra Cúbica de Jesod. Esa Piedra Cúbica sirve también de fundamento al Reino de Malchuth. Esa Piedra Cúbica es el Cuerpo Etérico. Malchuth es el Cuerpo Físico.
Así pues, el Hombre es una década completa. Tenemos 10 dedos en las manos, 10 Sephirotes y 10 Mandamientos.
Cuando el Anciano de los Días ha realizado los 10 Sephirotes en sí mismo, se transforma en Adam-Kadmon, el Hombre Celeste.
Aquel que realice los 10 Sephirotes en sí mismo, resplandece en el Mundo de la Luz con inefables esplendores Crísticos.
Cuando el Anciano de los Días ha realizado los 10 Sephirotes en sí mismo, resplandecen en el Mundo de la Luz como gemas preciosas, como piedras resplandecientes, en el cuerpo del Anciano de los Días.
"El que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al que venciere le daré a comer del Árbol de la Vida, el cual está en medio del Paraíso de Dios". (Apoc. 2: 7).
Los 10 Sephirotes resplandecen como piedras preciosas en el cuerpo del Anciano de los Días, Así es como nos convertimos en la Jerusalém Celestial.
"Y los fundamentos del muro de la ciudad estaban adornados de toda piedra preciosa. El primer fundamento era el Jaspe; el segundo el Zafiro; el tercero Calcedónica; el cuarto Esmeralda;"
"El quinto Sardónica; el sexto Sardio; el séptimo Crisólito; el octavo Berilo; el nono Topacio; el décimo Crisopraso; el undécimo Jacinto; el duodécimo Amatista". (Apoc. 21: 19-20).
Los 10 Sephirotes son atómicos. Los 10 Sephirotes son la Santa Ciudad, la Jerusalém que viene a resplandecer en el fondo de nuestro corazón.
"En el medio de la plaza de allá y de la una y la otra parte del río estaba el Árbol de la Vida, que lleva doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones".
"Y no habrá más maldición; sino que el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán. Y verán su cara; y su nombre estará en sus frentes".
"Y allí no habrá más noche; y no tiene necesidad de lumbre de antorcha, ni de la lumbre del Sol; porque el Señor Dios los alumbrará; y reinará para siempre jamás". (Apoc. 22: 2-5).
Cuando un hombre encarna en sí mismo su Corona Sephirótica, entonces el Anciano de los Días lo alumbrará y reinará para siempre jamás.
Empero, hermanos de mi Alma, en verdad os digo, que nadie llega al Padre sino por el Hijo. El Hijo es el Cristo Atómico en nosotros, es Chokmah, la Divina Sabiduría Crística. La Gnosis que resplandece en el fondo de nuestro corazón.
Tenemos que inundar todos nuestros vehículos con átomos de Naturaleza Crística; tenemos que formar a Cristo en nosotros para subir al Padre, porque nadie llega al Padre sino por el Hijo.
Aunque Cristo nazca mil veces en Belén, de nada sirve sino nace en nuestro corazón también. Hay que formar al Cristo en nosotros, para entrar por las puertas de la ciudad triunfantes y victoriosas, en Domingo de Ramos.
La Navidad es un acontecimiento Cósmico que debe realizarse en cada uno de nosotros. La Navidad es absolutamente individual. Hay necesidad de que nazca en nosotros el Cristo, es urgente la Navidad del Corazón.
Hay que transformar el Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, en el Cordero Inmolado de la Santa Ciudad.
"Al que venciere, le haré columna del Templo de mi Dios, y no saldrá más de allí". (Apoc. 3: 12).
"Se fiel hasta la muerte y yo te daré la Corona de la Vida".
(Apoc. 2: 10).
"Yo soy el pan de vida, yo soy el pan vivo, el que coma de mi carne y beba de mi sangre tendrá la vida eterna y yo le resucitaré en el día postrero. El que coma de mi carne y beba de mi sangre, en mí mora y yo en él". (Juan 6: 48, 51, 54, 56).
Cristo realmente es una Corona Sephirótica de inconmensurable Sabiduría, cuyos átomos más puros resplandecen en Chokmah, el Mundo de Ophanim.
Esa Corona Sephirótica (de inconmensurable Sabiduría) envió a su Buddha, Jesús de Nazareth, quien a través de innumerables reencarnaciones se preparó en nuestra evolución terrestre.
Fue en el Jordán que la Corona Crística, el Logos Solar resplandeció, penetró en su Buddha Jesús de Nazareth. He aquí el Misterio de la Doble Personalidad Humana, uno de los misterios más grandes del Ocultismo.
Cuando el Hombre recibe su Corona Sephirótica, entonces el Anciano de los Días lo ilumina y conduce hacia las Aguas Puras de la Vida.
Empero, hermanos míos, nadie llega al Padre sino por el Hijo, y el Hijo está en el fondo del Arca de la Alianza aguardando el instante de la Realización.
Esa Arca de la Alianza son los Órganos Sexuales. Sólo por medio de la Castidad Perfecta, podemos formar el Cristo en nosotros y subir al Padre.
Ya Hermanos míos, ya os entregué el Arca del Nuevo Testamento.
Ya os enseñé el Camino de la Magia Sexual.
"Entonces se abrió el Templo de Dios en el Cielo, y fue vista el Arca de su Testamento en su Templo, y se formaron rayos y voces y truenos, y terremotos y grande granizo". (Apoc. 11: 19).
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