26/3/08

EL MÉTODO SILVA DE CONTROL MENTAL - "JOSÉ SILVA" (PARTE 2)



16. UNA LISTA DE REPASO

Una vez que usted haya logrado dominar todas las técnicas que he bosquejado, si es como la mayor parte de nuestros gra­duados de Control Mental, puede suceder que emplee algunas que le hayan dado los mejores resultados y que se olvide de las otras. Usted podrá volverles a encontrar la técnica fácil­mente y obtener buenos resultados con un repaso rápido de aquellas que posiblemente haya descuidado.
Con el objeto de ahorrarle tiempo, aquí tiene una lista de todas las técnicas descritas desde el capítulo 3 hasta el 14:

1. Cómo aprender a meditar por la mañana
2. Cómo salir de su nivel de meditación
3. Cómo meditar a cualquier hora del día
4. El primer paso para la visualización: su pantalla elemental
5. El primer paso para la meditación dinámica
6. Cómo resolver problemas por medio de la meditación
7. Cómo usar la Técnica de los Tres Dedos para lograr una recordación instantánea
8. Pasos hacia el Aprendizaje Acelerado
9. Cómo recordar sus sueños
10. Cómo soñar soluciones para sus problemas //. Cómo deshacerse de hábitos indeseables:
Comer en exceso
Fumar
12. Cómo funcionar psíquicamente
13. Cómo llevar al cabo curaciones psíquicas
14. Cómo curarse a sí mismo
15. Cómo mejorar su matrimonio


17. UN PSIQUIATRA TRABAJA CON CONTROL MENTAL

A lo largo de los capítulos anteriores, José ha explicado en qué consiste Control Mental y proporcionó instrucciones deta­lladas de la manera en la que usted puede aplicar gran parte de este método. Usted habrá visto que en Control Mental in­tervienen niveles de conciencia muy profundos, y es posible que se pregunte, como otros lo han hecho, si correrá algún peligro al explorar, quizá por vez primera, las poderosas pro­fundidades de su propia mente.
José y aquellos que trabajan cerca de él en la dirección de la organización de Control Mental, dicen que las experien­cias tenidas hasta el momento demuestran que los beneficios del entrenamiento no se contrarrestan en lo más mínimo por ningún "efecto adverso" Para expresarlo de otra manera, nin­guna de las personas que ha tomado el curso ha empeorado a causa de él, hasta donde José y sus colegas están enterados.
Uno de los graduados de Control Mental, miembro de la profesión médica, ha sometido la seguridad de Control Mental a una prueba por demás severa. Se trata del doctor Clancy D. McKenzie, prominente psiquiatra y psicoanalista de Filadelfia, director del Philadelphia Psychiatric Consultation Service, miembro del cuerpo administrativo del The Philadelphia Psy­chiatric Center, y activo en la práctica privada. También ha estudiado yoga y otras disciplinas en el campo de la medita­ción, retroalimentación biológica y parapsicología, durante mu­cho tiempo.
Como parte de su investigación en estos campos, se inscribió en el curso de Control Mental en 1970.

—Quería yo comprobar si en realidad estaban enseñando clarividencia, según me habían informado varios de mis pa­cientes que habían recibido los beneficios del curso. Me con­vencí de que algo psíquico estaba teniendo lugar, y desde en­tonces he dedicado una buena parte de mi tiempo y mis pen­samientos a investigar más a fondo en esto.
Otras dos cosas estimularon su interés en Control Mental: un comentario hecho por Sigmund Freud hacia el final de su carrera, y algo que sucedió en una clase de Control Mental.
Freud había dicho que la dirección más prometedora que podía tomar la psicoterapia en el futuro era hacia la movili­zación de las energías del paciente. El doctor McKenzie veía claramente que la gente que asistía a la clase de Control Men­tal usaba energías que jamás se habían enterado que poseían.
Pero observó algo más en esta clase:
—Tres personas de un grupo de treinta estaban emocionalmente alteradas, y había una cuarta persona cuya estabili­dad estaba en duda. ¿Cuál era la razón? ¿Precipitaba el curso la alteración emocional o estaban ya enfermos cuando se ins­cribieron? ¿El beneficio que mis propios pacientes alterados habían recibido del curso se debía tan solo a la suerte?
La forma más práctica de indagarlo, razonó, era someter a las personas a prueba antes y después del curso. La prueba con­sistiría en observar de cerca a aquellos que eran los más vul­nerables desde el punto de vista psicológico. Él y un colega suyo, el doctor Lance S. VVright, profesor de Psiquiatría en la Universidad de Pensilvania, comenzaron un estudio. A lo largo de los siguientes cuatro años y medio, 189 pacientes psi­quiátricos se ofrecieron como voluntarios para recibir el entre­namiento de/Control Mental. Para hacer la prueba todavía más rígida, concentraron un estudio aún más detallado en aquellos miembros del grupo que eran psicopáticos (psicóticos) o que se habían recuperado de la psicosis. Había 75 casos de estos.
Por sus observaciones de los efectos benéficos del curso en las personas sanas, los resultados de estas pruebas no constitu­yeron una sorpresa para el doctor McKenzie y el doctor Wright. Hubo una mejoría uniforme en la salud mental de los pa­cientes psicopáticos.
Para aquellas personas interesadas en el razonamiento es­tricto y los rígidos controles que guían los estudios científicos, aquí tenemos unos cuantos detalles: De los 75 pacientes del grupo de personas alteradas, 66 eran pacientes del doctor McKenzie, y representaron el ciento por ciento de sus pacientes psicopáticos que se mostraron dispuestos a tomar el curso.
Al principio del estudio, los pacientes fueron enviados con prudencia, uno por uno, con objeto de poder controlarlos es­trechamente para que no se produjeran efectos nocivos en ellos mismos o en la clase. Asimismo, fueron enviados durante, lo que el doctor McKenzie describe como "periodos de mayor esta­bilidad". Más adelante descubrió que podía mandar a los pa­cientes durante sus periodos menos estables; cuatro de ellos asistieron cuando se encontraban en estado alucinatorio. Aún más tarde se sintió tranquilo para enviar a varios pacientes alterados a la vez, en ocasiones seis o más.

Como parte de su estudio, sometió a prueba a 58 de estos pacientes antes y después del curso para ver qué cambios po­dría producir. El test, que recibe el nombre de Experiential World Inventory, consiste de 400 preguntas formuladas para medir la percepción que una persona tiene de la realidad; se trata de algo parecido al famoso test de las manchas de Rorschach, pero en forma escrita. La diferencia entre los resultados obtenidos antes y después del curso fue impresionante: 36 pa­cientes mostraron una mejoría sorprendente en su percepción de la realidad, 21 permanecieron prácticamente igual y uno mostró un descenso.
La persona cuyo resultado mostró un descenso era un indi­viduo catatónico esquizofrénico de veintinueve años quien, por vez primera en su vida, dejó de tomar medicamentos y empezó a salir con chicas.
—Desde el punto de vista clínico —observó el doctor McKenzie—, tenía más energía emocional y una perspectiva más optimista después del entrenamiento. No obstante, el he­cho de empezar a salir con chicas le provocó un conflicto y él volvió a dar muestras de alteraciones dos semanas después del curso. No requirió de hospitalización.
Desde luego, todos estos pacientes habían estado en psico­terapia, algunos de ellos durante un año o más, cosa que brindó al doctor McKenzie una oportunidad excelente para observar cuáles eran los cambios clínicos reales que habían tenido lugar después del curso. Aquí tenemos algunos de sus descubrimientos:
Un paciente esquizofrénico de treinta años de edad, ha­bía creído a lo largo de una época anterior en su vida que había recibido órdenes, enviadas en forma telepática, de asesinar a alguien. Por fortuna jamás logró encontrar a la persona ade­cuada. Durante las sesiones de terapia que siguieron al curso logró autoanalizar sus alucinaciones por primera vez. Su ener­gía emocional mejoró mucho y adquirió una perspectiva más optimista de la vida. AI poco tiempo regresó a la escuela para obtener su título.
—Su capacidad para hacerlo así estaba directamente rela­cionada con el hecho de haber tomado el curso —explica el doctor McKenzie.
De veintiocho pacientes que padecían varias formas de de­presión (involutiva, psicótica, esquizoafectiva y maniacodepresiva), 26 sintieron una agradable mejoría después del curso. Los otros dos, que informaron que se sentían más deprimidos, no solamente lograron mejores resultados en el cuestionario sino que, al igual que los demás, lograron hacer frente a proble­mas que habían sido incapaces de enfrentar con anterioridad.
Una mujer de veintiún años de edad estaba decidida a sui­cidarse y se encontraba en la primera etapa de la psicosis agu­da. Le aseguró al doctor McKenzie que nada de lo que él pudiera hacer podría ayudarla; de cualquier modo se suicida­ría. Él recomendó que ella tomara el curso. Para el final de la semana estaba "completamente" atónito; ella reaccionó mejor de lo que lo habían hecho los demás pacientes. Fue una de las remisiones más increíbles que yo jamás había observado.

Ella encontró una nueva tranquilidad, se volvió más racio­nal, y sus pensamientos dejaron de correr cambiando rápi­damente en distintas direcciones. Otra cosa que resulta igual­mente importante: se libró de su carga de pesimismo. En un informe clínico, los doctores McKenzie y Wright dicen: "La hospitalización y las elevadas dosis de medicamentos no po­drían haberla tranquilizado en esa forma. Ella repitió el curso des semanas más tarde y una vez más se produjo una mejoría. Los cambios fueron increíbles; se mostró más capaz para co­operar en su terapia a lo largo de los siguientes seis meses". Un año más tarde, el doctor McKenzie la encontró totalmente recuperada de su aguda enfermedad.
Desde luego, las psicosis son desórdenes mentales severos. Las neurosis son mucho menos severas. De los 189 pacientes que tomaron el curso de Control Mental, 114 padecían tan solo neurosis. También se beneficiaron todos ellos.
Para resumir sus observaciones clínicas en el estudio men­cionado con anterioridad, los doctores escribieron:
Aquellos que continuaron la práctica de Control Men­tal después del entrenamiento estuvieron mucho más capa­citados para modificar su vida por medio de este método, e incluso aquellos que no lo practicaban lograron usarlo en momentos de crisis, cuando tenían que enfrentar tensiones o estaban obligados a tomar decisiones importantes. Para todos pareció ser una experiencia de expansión mental, una revelación de que ellos podían usar su mente de otras maneras. El entusiasmo del grupo se acrecentó hacia el final del curso y la mayor parte de las personas experimen­tó una energía emocional más intensa.
El grupo de pacientes alterados también manifestó un cambio impresionante desde el punto de vista clínico. Úni­camente la persona mencionada (el individuo de veintinueve años que empezó a salir con chicas) se mostró más alterado, y los demás por lo menos derivaron algún beneficio del entrenamiento. Muchas personas con interés apagado (res­puesta emocional ligera o nula) mostraron entusiasmo hacia algo por vez primera. En efecto pareció haber un cambio en la energía emocional después del curso, y una mejoría en la afectación. Ellos tenían una perspectiva más positiva en relación con su futuro, y algunos empezaron a comprender mejor sus procesos psicóticos. Los pacientes alucinatorios manifestaron una disminución clara en los síntomas de su padecimiento después del entrenamiento.
Se produjo un mayor relajamiento y una disminución de la ansiedad. Los pacientes aprendieron a depender de sus propios recursos para comprender, enfrentar y resolver problemas, y el hecho de lograr esto les dio más confianza.
El doctor McKenzie llega a la conclusión de que "se trata de algo que no tan solo es seguro y benéfico, ya que de los 189 pacientes, todos menos uno obtuvieron beneficios del curso. Puede resultar inmensamente útil como parte integral de la psicoterapia". Hoy día él hace que casi todos sus pacientes tomen el curso. Algunos de ellos abrevian la duración de su terapia hasta en dos años con las técnicas de Control Mental.
Él dice que una de estas técnicas, el Control de los Sueños, "bien puede venir a ser un adelanto importante en la siquia­tría. Constituye un medio rápido y confiable para comprender y resolver problemas".
El doctor McKenzie conoce el análisis freudiano y no ve conflicto alguno entre la manera en la que los freudianos inter­pretan los sueños espontáneos y la forma en la que los gra­duados de Control Mental interpretan sus sueños programados:
—El deseo que tenemos en el sueño freudiano se convierte en el deseo de tener la respuesta —explica; y advierte:

—Es necesario asegurarnos de que el deseo de un sueño inconsciente no haya reemplazado el deseo consciente de tener la respuesta.
Una paciente a la que el doctor McKenzie había estado tratando durante algún tiempo llamó para comunicarle que estaba a punto de internarse en un hospital a causa de unos dolores en el pecho y el estómago. Él le dijo que en lugar de esto quería que acudiera a un hospital psiquiátrico. La llamada no le sorprendió en absoluto; durante algún tiempo él había visto que esto se avecinaba. La condición mental de la mujer había estado empeorando.
En el hospital psiquiátrico el doctor McKenzie le dijo que programara un sueño que diera respuesta a cuatro preguntas:
¿Cuál es el problema? ¿En dónde se encuentra? ¿Qué lo oca­sionó? ¿Cómo me puedo deshacer de él?
Esto es lo que ella soñó:
Ella, su esposo y sus tres hijos viajaban en automóvil por un camino sinuoso. Empezó a nevar y el automóvil se salió de la carretera. No pasó mucho tiempo antes de que el coche estuviera cubierto con nieve. Su esposo le dijo que apagara el motor, y después ocho o diez personas procedentes de la ciudad acudieron al lugar para desenterrarlos. Cuando salieron del automóvil sus tres hijos habían desaparecido.
Adelante, muy cerca de donde se hallaban, el camino lle­gaba a su fin. Había otro camino que se dirigía a la derecha y que entroncaba en un ángulo recto con otro camino, mismo que a su vez conducía a otro camino más, una supercarretera, también en un ángulo recto.
Al escuchar el relato del sueño de su paciente, el doctor McKenzie tuvo la sospecha de que ella estaba describiendo el sistema intestinal y le pidió que dibujara un mapa del "camino sinuoso". Ella lo hizo y, en efecto, el camino seguía con toda precisión el curso del sistema intestinal del ser humano, con exactitud absoluta en sus proporciones. Lo que es más, por medio de un examen médico posterior se encontró una obs­trucción en un punto que correspondía exactamente con el lugar en el que el automóvil se había salido del camino: el sitio en el que el intestino delgado se une al intestino grueso. En otras palabras, el sueño que esta mujer había tenido (ella no sabía casi nada de anatomía; había abandonado sus estudios en la secundaria) señalaba con toda precisión el lugar de la obs­trucción que ella padecía en un segmento de una pulgada en el sistema intestinal humano, que tiene una longitud de veinte pies.
Aún más: de acuerdo con el simbolismo de su sueño, la nieve era un producto lácteo que había provocado el padeci­miento intestinal y de algún modo había activado la formación de la obstrucción. El consejo que su esposo le dio para que apagara el motor era, también en forma simbólica, el mejor consejo que ella podía recibir: significaba "suspende el sumi­nistro del combustible al cuerpo; deja de comer".
Las ocho o diez personas que los desenterraron de la nieve, en el lenguaje de los sueños, podían ser los dedos de las dos manos. Esto tal vez representaba la curación por "imposición de manos" o por medio de la cirugía. La ausencia repentina de los niños era la realización de un deseo. Ella quería que ellos dejaran de interponerse para recibir más atenciones por parte de su esposo.
El doctor McKenzie hizo que la trasladaran a un hospital médico en virtud de que, normalmente, una obstrucción intes­tinal como esta requiere de cirugía inmediata. Sin embargo, provista con esta comprensión de su sueño y con el conocimiento, obtenido en la clase de Control Mental, del poder que la mente tiene sobre el cuerpo, y ante la perspectiva de una ope­ración, ella empezó a eliminar la obstrucción. Una hora des­pués de que en el hospital se confirmó médicamente el diag­nóstico que el doctor McKenzie hiciera basándose en el sueño, ella había eliminado la obstrucción y no fue necesario operarla. Su cirujano se mostró asombrado.
Más tarde el doctor McKenzie se enteró de que esta mujer había sido operada a causa de obstrucción intestinal cuatro veces en los últimos veinte años, y su cirujano le dijo que en cada ocasión la obstrucción se había encontrado en el mismo lugar. Aparentemente ella había aprendido a provocar la en­fermedad siempre que existía una necesidad psicológica.
Posteriormente, la hija de dieciocho años de esta mujer acudió al doctor con un problema: estaba embarazada y no estaba casada.
—¿Por Dios, qué voy a hacer? —preguntó ella.
Una vez más, él recomendó el Control de los Sueños para encontrar la respuesta. En su sueño apareció un hombre. Él le dijo:
—Te aconsejo que tengas al bebé, que esperes tres años, te cases con el hombre y te vayas a vivir a otro estado.

—Yo no hubiera podido darle un consejo mejor —dijo el doctor McKenzie.
La proporción de divorcios entre los adolescentes es de ochenta por ciento, de modo que una espera de tres años en casa era lógica. El hombre era la persona que ella necesitaba, pero para que su matrimonio tuviera éxito era necesario que ellos se alejaran de la casa, de los padres.
En otro caso, el Control de los Sueños condujo a una téc­nica terapéutica totalmente nueva, que ahorró años de tera­pia. El problema de esta paciente consistía en que cada vez que su esposo se retrasaba más de diez minutos para la cena, ella se cortaba las venas de las muñecas. Durante meses el doc­tor McKenzie trató de explicarle que, aunque ella pensaba que estaba reaccionando ante el retraso de su esposo, en reali­dad estaba experimentando un sentimiento anterior, procedente de la infancia, cuando su padre alcohólico no llegaba a casa. Una vez que comprendiera esto dejaría de cortarse las venas de las muñecas. Pero el doctor McKenzie no lograba hacerla entender. A juzgar por el camino que seguían las cosas, a la mujer le esperaban dos años más de terapia dos veces por se­mana. El doctor McKenzie sugirió que ella programara un sueño. Su sueño resultó ser sorprendentemente creativo, y resolvió su problema de la noche a la mañana.
Ella soñó que el doctor McKenzie grababa algunas afirma­ciones que a ella le molestaban sobremanera. Ella reproducía esta grabación en casa y grababa sus reacciones en una segunda cinta. Después reproducía la segunda grabación para que el doctor McKenzie la interpretara. A cada una de sus interpreta­ciones ella exclamaba: "¡Ay, qué tontería de mi parte!" Las interpretaciones del doctor subrayaban el hecho de que ella estaba confundiendo dos realidades diferentes, la pasada y la presente. Su sueño la llevó a comprender esto por vez primera. Jamás volvió a cortarse las venas de las muñecas.
—Este notable sueño programado curó por completo a la paciente. Un examen que se le practicó a los tres años confirmó que ella seguía bien —informó el doctor McKenzie.
Otro paciente sufría de claustrofobia, y durante más de un año luchó por descubrir la causa. Esta resultó ser interesante. En un sueño programado, él y otras tres personas se encon­traban en un rectángulo delineado por una cuerda en el suelo. Afuera de este rectángulo, en una esquina, había otro más pe­queño, también delineado por una cuerda. Todos estaban tratando de salir del rectángulo mayor a través del pequeño.
La interpretación de este sueño se hace clara cuando se con­sidera que el área más grande representaba el útero y la más pequeña la cerviz. Afuera había verdes pastizales con vacas (los sueños).
Uno de los compañeros del paciente corrió hacia el rectán­gulo más pequeño, pero fue detenido por una barrera invisible (las paredes del útero). Llevaba atada a él, cerca de la hebilla de su cinturón, un cordón de botes de hojalata (un cordón umbilical).
El paciente sabía que de alguna manera tendría que salir de allí, pero decidió dejar que los otros lo hicieran primero. El intentarlo le provocaba una sensación de nerviosismo, como la que se siente cuando se pronuncia un discurso; era algo que él sabía que tenía que hacer a pesar de que le ocasionaba ten­sión y ansiedad (trauma del nacimiento); pero una vez que todo terminaba sentía alivio.
Las otras tres personas que estaban en el rectángulo eran sus hermanos y su hermana.
Este único sueño le proporcionó el discernimiento que nece­sitaba para comprender su claustrofobia.
Lo que hace este sueño particularmente interesante no es el hecho de que conduzca a una persona hasta la etapa ante­rior al nacimiento (esto es relativamente común), sino la refe­rencia que hace a la "barrera invisible". "¿Sugiere esto —se pregunta el doctor McKenzie— la posibilidad de la clarividen­cia antes del nacimiento?"
El doctor McKenzie no solamente aconseja a sus pacientes que usen el Control Mental, sino que él mismo lo utiliza para auxiliar a sus pacientes. "Algunos de los conocimientos más sorprendentes llegan a mí cuando estoy empleando Control Mental".
Una noche programó un sueño acerca de un paciente que estaba en psicoanálisis, un hombre de veintisiete años que no había salido con chicas durante dos años. Las mujeres estaban en su contra, "y además, no valían la pena". En su sueño, el doctor McKenzie se oyó que le decía al paciente: "Me da lo mismo que jamás llegue usted a tener una relación hetero­sexual". La siguiente ocasión en la que el paciente se quejó acerca de las mujeres, eso fue exactamente lo que el doctor McKenzie le dijo.
Funcionó. El paciente se quedó atónito. El evitar a las mujeres era su manera de resistirse al tratamiento. Ahora esto ya no daría resultado. Además, sintió pánico cuando pensó que jamás tendría una relación normal con una mujer.
Esa noche la tuvo.

El doctor McKenzie, que se ha convertido en consejero de Control Mental Silva, continúa su búsqueda en pos de nuevas maneras de usar Control Mental para mejorar y acelerar el tratamiento psiquiátrico. Al mismo tiempo está buscando for­mas de utilizar Control Mental en áreas mucho más extensas de la práctica médica: en el diagnóstico de las enfermedades.
El primer paso en esta búsqueda consiste en encontrar me­dios para medir la confiabilidad de la técnica que Control Mental tiene para el estudio de casos de rehabilitación. Des­pués de tres años de investigación, tiene la creencia de que se está acercando a lo que él llama un "proyecto de investigación absoluta", mismo que elimina todas las variables y mide tan solo lo que se trata de medir. Su propósito consiste en encon­trar maneras de aplicar las técnicas de rehabilitación a la me­dicina.
En ocasiones el diagnóstico médico implica la práctica de cirugía exploratoria o el uso de drogas que pueden ocasionar molestias o peligro para el paciente, y ninguna técnica de diag­nóstico es certera todo el tiempo. El diagnóstico psíquico no representaría riesgo alguno para el paciente, siempre y cuando se logre demostrar su confiabilidad. Esto es lo que el doctor McKenzie está investigando.
La primera vez que puso en práctica su nuevo proyecto de investigación fue con un grupo de 30 graduados de Control Mental. La precisión de los resultados fue mayor de la que produciría la casualidad, por 200 a uno. Él se sintió alentado, pero quería perfeccionar sus métodos todavía más y tomar me­didas para que los resultados se procesaran en una computadora. Él verificó sus planes con el departamento de estadística de la Universidad de Pensilvania y allí estuvieron de acuerdo en que en realidad había eliminado los factores variables que entorpecen las investigaciones psíquicas, y que sus mediciones serían precisas.
El boletín de noticias de Control Mental publicó los dibu­jos de dos cuerpos humanos (página siguiente) con círculos que los lectores debían marcar. Al igual que en los casos de rehabilitación, se les proporcionaron los nombres, edades, sexos y paraderos de dos personas que estaban enfermas. Lo que no se les dijo, y lo que el mismo doctor McKenzie ignoraba, era la naturaleza de los padecimientos. El médico de Florida que le proporcionó los casos no revelaría esto hasta después de que se recibieran los resultados. El estudiar dos caso en lugar de uno resulta esencial para la medicina.
En ocasiones el diagnóstico médico implica la práctica de este nuevo proyecto de investigación. Esto permite que el doctor McKenzie elimine todas las conjeturas. Por ejemplo, si el pa­ciente A tenía una lesión en el tobillo izquierdo pero el pacien­te B no la tenía, cualquier círculo marcado en el tobillo iz­quierdo del paciente B sería una conjetura. Si 5 lectores con­jeturaban que había una lesión en el tobillo izquierdo de B, es razonable suponer que el mismo número de personas conje­turaría lo mismo en el caso de A Ahora vamos a suponer que 50 lectores marcaron el tobillo izquierdo de A. El doctor McKen­zie restaría 5 de este número como conjeturas y llegaría a la conclusión de que 45 estaban operando psíquicamente. En­tonces la computadora mediría la importancia estadística de los resultados.
Para que esto funcionara era preciso que los dos casos fue­ran diferentes. Si ambos tenían el tobillo izquierdo lesionado, este método para eliminar las respuestas no psíquicas no se podría utilizar.

El médico de Florida cometió un error: proporcionó dos casos que, según resultó, tenían lesiones en la misma área del cuerpo. El doctor McKenzie tuvo que modificar sus planes y estudiar los resultados de otra manera. En lugar de comparar el caso A con el caso B, comparó el número de respuestas co­rrectas con el número mayor que le seguía. Aunque la compu­tadora le dijo que los resultados podrían haberse producido por casualidad solamente una vez en casi mil millones de veces, aún así no considera que su experimento sea decisivo ya que no fue posible seguir exactamente su proyecto de investigación.
Existen muchas otras facetas en este proyecto, aparte de las que se resumen aquí, y él ha realizado muchos otros experimen­tos que produjeron lo que él llama "resultados estadísticamente significativos". Su proyecto completo tiene una importancia tal que con toda certeza oiremos hablar más acerca de esta investigación cuando se haya refinado su técnica todavía más. En lugar de limitarse a pedir que marquen un círculo para indicar el punto donde se localiza una enfermedad, proporcio­nará a los graduados de Control Mental unas listas de referen­cia con padecimientos médicos, con la que ellos podrán hacer diagnósticos específicos,
—Estos estudios preliminares —dijo— señalan hacia eleva­dos niveles de importancia estadística. No obstante, no estoy preparado para sacar conclusiones de ellos. Se requiere de una labor mucho más concienzuda. Si los estudios posteriores resul­tan igualmente alentadores, es posible que contemos con una forma de poner a trabajar a los psíquicos para que ayuden a los médicos en sus diagnósticos de maneras todavía más con­fiables que las que usan hoy día. Esto bien podría convertirse en un descubrimiento médico. Es demasiado pronto para de­cirlo con certeza, pero esa es mi meta.
El director de investigaciones de Control Mental, Wilfrid Hahn, bioquímico y ex presidente de Mind Science Foundation, comparte las esperanzas del doctor McKenzie. Dice él:
—Desde el siglo XIX, cuando el método científico se aplicó a la investigación psíquica, las variables no controladas (en ocasiones desconocidas) dejaron interrogantes pendientes en re­lación con los descubrimientos. Como el doctor McKenzie dice, todavía no se sabe si se alcanzará un descubrimiento en el cam­po de la medicina. Pero yo creo que él ya ha obtenido un gran adelanto en su método de investigación. Con base en todos los datos que él recopile, podrá concentrarse en las respuestas psíquicas, eliminar toda la basura, y dejar solamente aquello que se desea estudiar, al igual que un químico que estudia un solo microelemento en el agua, puede eliminar el agua y todos los demás elementos excepto aquel que desea estudiar..


IMPORTANTE: El propósito de este experimento consiste en detectar correc­tamente el punto en donde se localiza la anomalía o el padecimiento. Por favor limite sus actividades a la detección, con objeto de no afectar a la enfermedad durante el experimento.

CLASE A

INSTRUCCIONES:


1. Debbie Veccio tiene 23 años de edad y vive en Miami, Florida. Tie­ne un problema médico en el cual usted la puede ayudar. Por favor entre a su nivel de Control Men­tal e imagine a Debbie, con el deseo de su parte de localizar la enfermedad. Cuando crea que lo ha localizado, marque únicamente UN círculo en el diagrama A, en el punto más próximo al sitio en el que usted sintió o adivinó que se localizaría la enfermedad.
Importante: Si marca más de un círculo por diagrama, su respuesta quedará descalificada. Espere que transcurran por lo menos diez mi­nutos antes de pasar al caso B.


2. Cynthia Cohén tiene 21 años de edad y vive en Miami, Florida. Tiene un problema médico con el cual usted quizá la pueda ayudar. Por favor entre a su nivel de Con­trol Mental e imagine a Cynthia, con el deseo de su parte de locali­zar su enfermedad. Cuando crea que la ha localizado, marque úni­camente un círculo en el diagra­ma B, en el punto más próximo al sitio en el que usted sintió o adivinó que se localizaría la en­fermedad. Como la naturaleza de este experimento se concentra úni­camente en la detección, no envíe ninguna curación correctiva has­ta...


18. AUMENTARÁ MUCHO EL CONCEPTO DE SÍ MISMO

"Perdemos demasiado tiempo despreciándonos. Si dedicá­ramos la mitad de este tiempo a buscar en nuestra mente la manera de enfrentar la vida, descubriríamos que somos mucho más fuertes de lo que pensamos", dijo la actriz y cantante Carol Lawrence en»el periódico Chicago Tribune del 14 de noviembre de 1975. Ella se convirtió en graduada de Control Mental por recomendación de otra graduada, la cantante Marguerite Piazza. Es cierto, la mayor parte de nosotros estamos encarcelados por. ideas limitadas en relación con nuestra identidad y nuestra capacidad y nuestro valer. Muy pronto experimentará usted el regocijo que le provocará el destruir estas limitaciones y descubrir nuevas libertades fuera de ellas. Cuando usted vea de lo que es capaz, el concepto que tiene de sí mismo se elevará hasta niveles insospechados. Se han realizado varios estudios en este sentido, y los resultados coinciden. Abarcan grupos nume­rosos sin problemas especiales, y otros grupos con un concepto de sí mismos obviamente deteriorado: estudiantes y alcohóli­cos, drogadictos, presos y gente pobre que vive de la bene­ficencia pública.
Vamos a dar un vistazo primero a los estudiantes. Control Mental se ha impartido, con frecuencia como materia escolar completamente acreditada, en veinticuatro colegios y universi­dades, dieciséis secundarias y ocho primarias.
Usted podría esperar que el mismo curso enseñado en for­ma distinta, en escuelas diferentes, a alumnos de diversas edades y antecedentes económicos y culturales desiguales lograría re­sultados disímbolos. Pero no es así. Los resultados han sido hasta tal punto uniformes que ahora se puede decir con segu­ridad que en ciertos conceptos básicos, son predecibles. Al in­troducir Control Mental en una escuela el resultado será que los estudiantes tendrán una autodirección más poderosa, una mayor orientación propia que surge del perfeccionamiento de la capacidad que surge para resolver problemas por sí mis­mos. En otras palabras, una mayor fortaleza del ego. Esto ha sido medido en forma científica por el doctor George De Sau, quien fuera director de Investigaciones Educativas para Control Mental Silva y director de Asesoramiento y Exámenes en el Williamsport (Pensilvania) Área Community College.
La primera prueba se realizó en 1972 en la escuela secunda­ria Hallaban High School de Filadelfia, en donde 2 000 estu­diantes tomaron el curso. Una semana antes y dos semanas des­pués, 220 estudiantes elegidos al azar fueron sometidos al cuestionario High School Personality Questionnaire, que con­siste de aproximadamente 140 preguntas que miden sensiblemente la imagen que una persona tiene de sí misma. De esta manera dicha imagen se puede resumir en un retrato con cator­ce características: audaz, entusiasta, seguro de sí mismo, y así sucesivamente. La prueba se emplea ampliamente en la inves­tigación y el asesoramiento.
Los retratos de la imagen propia de estos 220 estudiantes se combinaron en un solo perfil de grupo, y después se com­pararon antes y después. Resultados: cambios fundamentales hacia una mayor fortaleza del ego, confianza en sí mismos y serenidad, y alejamiento de la impaciencia, la inseguridad y el aislamiento. En algunos sentidos los estudiantes no manifestaron ningún cambio, como por ejemplo en el equilibrio entre la autoridad y la sumisión, el idealismo y el realismo. Lo que todo esto quería decir era que estos alumnos adquirieron un mayor respeto de sí mismos después de tomar el curso de Con­trol Mental, que el que tenían antes.
Como es natural, el punto de vista que tenemos acerca de nosotros mismos varía día a día, a causa de los cambios que se producen en la pautas que rigen a la vida. Si aplicáramos el test a un grupo escogido al azar y después lo repitiéramos tres semanas más tarde, encontraríamos algunos cambios. Esto tam­bién ha sido estudiado por aquellas personas que elaboraron el test. Los cambios fortuitos que ocurrirían por casualidad constituyen una expectativa normal, y la proporción de ellos ha sido calculada. Para evaluar los resultados en la Escuela Hallaban, fue necesario determinar en qué proporción exce­dían los cambios obtenidos, a aquellos que la casualidad podía producir. Aquí tiene usted lo que se descubrió:
Para que la casualidad produjera cambios positivos tan gran­des en la fortaleza del ego como aquellos que produjo Control Mental en Hallaban, habría sido necesario aplicar el test más de mil veces a un grupo elegido al azar, más de mil veces para igualar el cambio en la confianza en sí mismos, más de mil veces para equiparar el cambio en la serenidad. La diferencia no ra­dicaba en la casualidad, sino en Control Mental.
Mientras el curso estaba en progreso, un reportero del pe­riódico Philadelphia Daily News, Joe Clark, entrevistó a algu­nos estudiantes durante la hora del almuerzo. En un artículo que se publicó el 27 de septiembre de 1972, él citó las palabras de Kathy Brady, de trece años de edad, quien se había mordi­do las uñas desde que tenía ocho años: "Siempre me las mordía cuando me ponía nerviosa. Cuando estaba en el auditorio esta mañana me dieron ganas de mordérmelas, pero no lo hice. Sencillamente pensé: «No te muerdas las uñas». Cerré los ojos y me relajé".
Pat Esienlohr le dijo que había dejado pasar una riña con su hermano menor, algo que muy raras veces había sucedido con anterioridad. "Me dije a mí misma: «No tiene caso que te enojes. ¿Para qué pelear?» y no lo hice. También me deshice de un dolor de cabeza esta mañana diciéndome a mí misma que tenía que deshacerme de él. Sé que parece fantástico, pero funciona".
Ahora vamos a comparar los resultados obtenidos en esta escuela con otros dos estudios realizados, uno en Lawrenceville, secundaria católica y mixta ubicada en Pittsburgh, y el otro en St. Fidelis, secundaria católica para varones que desean convertirse en sacerdotes.
En Lawrenceville y en St. Fidelis, al igual que en Hallaban, el cambio fundamental que se observó entre los estudiantes fue en la fortaleza del ego. Lo que es más, este cambio fue unifor­me: en cada escuela el perfil de grupo mejoró hasta un grado que tan solo habría podido ocurrir por casualidad una vez en un millar. El mismo grado de cambio respecto a la serenidad se produjo en Hallaban y en Lawrenceville, si bien fue menor en St. Fidelis. En las tres escuelas se produjeron grados varia­bles de cambio positivo en la confianza en sí mismos.
Los hallazgos de los que forman parte las observaciones an­teriores no dejaron completamente satisfecho al doctor De Sau. Aunque se sintió alentado por los resultados positivos y tran­quilizado por el patrón uniforme de beneficios obtenidos con Control Mental, hacía falta algo más. Los tests aplicados al grupo antes, y dos semanas después del entrenamiento de Con­trol Mental no indican si estos beneficios tienen un valor per­durable, pero si se aplicaran tests cuatro meses después del en­trenamiento, estos tests lo tendrían.

El doctor De Sau hizo esto en Lawrenceville y en St. Fidelis y se encontró ante algunas sorpresas. [En todas las caracterís­ticas mencionadas arriba (fortaleza del ego, confianza en sí mismo, serenidad) los estudiantes mejoraron mucho más a lo largo del periodo de cuatro meses, de lo que lo habían hecho durante las dos semanas que siguieron al curso!
En el informe que rindió acerca de estos estudios, el doctor De Sau llegó a la siguiente conclusión:
Quizá los cambios que tuvieron lugar con los estudian­tes mencionados arriba en sus distintos ambientes educativos se pueden evaluar en forma óptima desde una perspec­tiva como la que sostiene John Holt, educador y autor. Holt defiende la posición de que el proceso educativo con frecuencia ha sido un proceso torpe en la enseñanza, ya que contribuye al incremento de la ansiedad, el sentimiento de culpabilidad y a una dependencia casi continua en el medio ambiente exterior para recibir aprobación o desapro­bación. Todas estas son condiciones que pueden producir comportamiento conformista o neurótico, pero es muy poco lo que hacen para incrementar la educación o el adelanto humano. Contamos con bases razonables para creer que en las demás instituciones sociales se pueden encontrar las mis­mas condiciones.
Los datos de la investigación mencionados arriba indi­can, por lo menos desde la perspectiva educativa, que existe una alternativa alentadora y viable. Un factor de cambio que es persistente y vigoroso después del entrenamiento de Control Mental es el de un desplazamiento hacia los puntos internos de referencia, es decir, el reconocimiento que un individuo tiene de su propio valer y un paso significativo hacia el autocontrol por otros individuos.
En la mayor parte de las escuelas donde se imparte Control Mental se insta a los maestros a que también tomen el curso. Las razones (todas excepto una) son bastante obvias, si toma­mos en cuenta los beneficios del entrenamiento. Los maestros se vuelven menos susceptibles de agitarse, más pacientes, y es más fácil para los estudiantes convivir con ellos durante las horas de clase.
Es bien sabido que un maestro que espera menos de sus alumnos recibe menos, en tanto que uno que espera más obtie­ne más. El maestro que ha recibido el entrenamiento de Control Mental ha tenido experiencia directa con aquello que en el capítulo 14 José llama "Ley cósmica", con una jurisdicción que engloba a toda la humanidad. No hay maestro que haya recibido este entrenamiento que pueda volver a burlarse del "equipo mental" de alguna persona. Conoce demasiado bien el enorme alcance de toda mente humana. Como resultado de ello es un mejor maestro, incluso aunque sus alumnos jamás hayan oído hablar de Control Mental.
Sin embargo, cuando los estudiantes y el maestro son gra­duados de Control Mental suceden cosas extraordinarias en el salón de clases.
Una maestra de primaria en Buffalo, enseña a sus alumnos a "ponerse en contacto" con Jorge Washington y con otros personajes del pasado para ayudarlos a estudiar historia, por medio de las técnicas que aprendieron a utilizar durante las últimas horas del curso de Control Mental, cuando trabajaron con los casos de rehabilitación. De esta manera "viven" la his­toria. Y para ayudarlos posteriormente, cuando resuelven sus pruebas, ellos se ponen en contacto mental con ella y encuen­tran la confirmación de sus respuestas.
Otra maestra, en este caso a nivel universitario, hace que sus estudiantes se pongan en contacto con los filósofos para recibir explicaciones para ciertos puntos que encuentran con­fusos en sus escritos.
—¡Da resultado! —dice ella.

La señora de Joe Lytle, conferencista de Control Mental en Virginia Beach, siente un deleite especial al dar clases a chicos entre los siete y los diecisiete años de edad. En el perió­dico LedgerStar de Norfolk (16 de julio de 1975) apareció un reportaje sobre algunas de sus experiencias, bajo el título "Es­tudiantes que se superan después del Curso de Control Men­tal". Uno de sus alumnos estaba tomando medicinas para la hipercinesia. El diario citó las palabras de la madre de este chico excesivamente activo: "Los cambios fueron absolutamen­te fantásticos después del curso. Mi hijo pudo dejar de tomar la medicina y sus calificaciones subieron notablemente. Control Mental le proporcionó el conocimiento de que él poseía el poder de cambiar".
Las calificaciones de otro estudiante que obtenía grados mediocres antes del curso subieron considerablemente después
del mismo.
Hubo el caso de otro estudiante más que tenía nota reproba­toria en los exámenes d« ortografía. Después del curso empezó a obtener calificaciones de primera en todas sus pruebas de ortografía, y en un año su aptitud para la lectura subió del cuarto al noveno nivel.
No había ningún medio práctico para comparar a aquellos que eligieron tomar el curso con aquellos que no lo hicieron, ni de medir la diferencia entre los dos grupos posteriormente, en virtud de que en las tres secundarias en las que el doctor De Sau llevó al cabo los tests antes y después del curso, casi todos los estudiantes se inscribieron en Control Mental.
No obstante, se presentó esta oportunidad en la Universidad de Scranton, en Scranton, Pensilvania. El profesor Donald L. Angelí, del Department of Human Resources ofreció el curso a alumnos graduados en Asesoramiento de Rehabilitación. El número de estudiantes que decidió no tomar el curso bastó para que él y el doctor De Sau pudieran estudiar algunas diferen­cias. Aplicaron un test similar al que se utilizó en las secunda­rias (aunque formulado para adultos) a 35 estudiantes que to­maron el curso y a 35 que no lo tomaron.
Las diferencias entre los dos grupos se manifestaron incluso antes del curso. De acuerdo con los resultados, aquellos que optaron por tomar el curso se mostraron más abiertos a expe­rimentar y más guiados por normas propias. Aquellos que no quisieron tomar el curso se mostraron más tradicionalistas, limitados por reglas, y más conservadores.
Un mes después del curso se volvió a someter a prueba a los dos grupos y, si bien perduraban las diferencias originales, habían aflorado otras distinciones significativas: el grupo que había tomado el curso de Control Mental era más estable y maduro desde el punto de vista emocional, y sus miembros se mostraban más seguros de sí mismos y más relajados que los del otro grupo.
En pocas palabras, este estudio indica que aquellas perso­nas que optan por tomar el curso de Control Mental son dis­tintas de las que no lo hacen, y una vez que lo toman obtienen beneficios de él.
Si bien para todo el mundo resulta importante recibir un estímulo en lo que toca al concepto de sí mismo, esto puede resultar de importancia capital para el drogadicto que lucha por encontrar el camino para liberarse de este vicio. Control Mental cuenta con una experiencia limitada con los drogadictos, pero ella ha demostrado ser instructiva.
Paul Grivas, codirector del centro de Control Mental de Manhattan, quería ver qué podía hacer Control Mental por los adictos. Se ofreció como voluntario para empezar con cua­tro adictos, dos de ellos adictos a la metadona, y dos adictos todavía a la heroína. Los dos adictos a la metadona encontra­ron el curso de utilidad, pero no los liberó de la metadona. La metadona produce adicción con excesiva facilidad y se usa en un gran número de programas para liberar a los adictos de la heroína. Físicamente, es doloroso dejar el vicio de la meta­dona y los dolores, decían estos adictos, eran tan severos que no podían concentrarse en sus ejercicios de Control Mental.
Uno de los individuos que todavía era adicto a la heroína enfrentaba una crisis familiar el primer día del curso y lo dejó. El que se quedó logró desintoxicarse, y quedó libre de la droga durante varios meses después del curso. Más tarde llamó por teléfono al señor Grivas para informarle que había vuelto al consumo de la heroína. El señor Grivas le pidió que repitiera el curso y se pasó un día con él para reforzar su entrenamiento de Control Mental, y una vez más se vio libre de la droga. Meses después seguía sin consumirla; después mudó su lugar de residencia y el señor Grivas perdió todo contacto con él.
El segundo esfuerzo para ayudar a los adictos por medio del uso de Control Mental se llevó a cabo en un proyecto co­munitario del Bronx, con dieciocho ex adictos, algunos de los cuales eran administradores y pertenecían al personal del pro­yecto mismo. Aquellos que tomaron el curso dijeron que se sen­tían mucho más capaces que nunca de controlarse a sí mismos, y meses más tarde, varios de ellos informaron que incluso ha­bían logrado trasmitir parte del entrenamiento a sus familias. No fue posible realizar pruebas confiables antes y después del curso ya que tres meses más tarde no se logró localizar a mu­chos de los dieciocho miembros que originalmente habían inte­grado el grupo.

¿Se ha aprendido algo de estas dos experiencias? Sí, nos dice Paul Grivas. Aunque todavía no existe una comprobación esta­dística, la experiencia indica dos cosas:
Primero, Control Mental no debe entrar en contacto con la vida de un adicto durante solo cuarenta y ocho horas, para después dejarle a él el resto de la labor. Para la mayor parte de nosotros el curso constituye una experiencia que nos transforma de manera permanente, pero para el adicto, que tiene que superar años, quizá toda una vida, de intenso acondicio­namiento negativo, además de una adicción mental y física, es necesario que transcurra un periodo prolongado de ayuda adicional.
—Si me proporcionan un programa de rehabilitación de drogas en el que pueda hacer esto —dice Grivas—, obtendré resultados.
Segundo, si bien es difícil vencer a la drogadicción, el adic­to absorbe más fácilmente que muchas otras personas el entre­namiento de Control Mental. El señor Grivas cree que la razón de esto radica en que Control Mental implica un estado alte­rado de conciencia. En tanto que la mayor parte de la gente jamás ha alterado su estado de conciencia, el drogadicto lo ha hecho con frecuencia. Lo que no ha hecho antes es ponerse a un nivel mental útil en el que pueda obtener el control en lugar de perderlo. Es en este aspecto en el que Control Mental le reserva una promesa especial al adicto.
Aunque no se han llevado al cabo estudios muy amplios en esta área, los relatos de éxito por parte de nuestros graduados son lo suficientemente frecuentes para indicar que la confianza del señor Grivas en Control Mental está bien fundamentada.
Aquí tenemos el relato de un graduado que curó su propia adicción en 1971. Todavía está "limpio".
Sabía que tenía un problema grave: adicción a la he­roína. Mi nivel de comprensión en ese momento me im­pedía entender la forma en la que me iba a ayudar un curso llamado Control Mental, que sostenía entre otras cosas, que ayudaba a la gente a eliminar hábitos indesea­bles, si yo ya había probado la mayor parte de los métodos de rehabilitación para drogadictos. ¡Aunque me sentía escéptico, después de acudir a psiquiatras, psicoterapeutas, programas de metadona y hospitales, estaba dispuesto a probar cualquier cosa! Estaba convencido de que no viviría los tres años que faltaban para mi trigésimo cumple­años, a menos que dejara el uso de la heroína y el modo de vida que esta exigía para conseguir hasta 200 dólares diarios de droga.
"Un hábito no es más que impresiones en las células cerebrales que han sido reforzadas por medio de la repeti­ción", dijo el instructor de Control Mental. "Al cambiar la programación en el nivel de la causa, la mente subcons­ciente", continuó, "cambiamos los patrones del comporta­miento en el nivel del efecto que es la dimensión de la con­ciencia externa". Desde el punto de vista lógico, me parecía que tenía sentido, pero mis niveles emocionales me de­cían que necesitaba emplear drogas para insensibilizarme ante la vida y ante los sentimientos negativos que abrigaba hacia mí mismo. Entonces el instructor nos proporcionó una técnica para modificar la imagen de nosotros mismos como personas débiles, carentes de voluntad, ineficaces, y sustituirlas por imágenes de seres humanos confiados, con un concepto saludable de nosotros mismos.
Todavía escéptico, pero con un destello de esperanza, empecé a cambiarme en mi imaginación a nivel "Alfa". Me programaba tres veces al día, mañana, tarde y noche, y me decía que para el 20 de julio, treinta días después de la fecha de mi primera programación, desaparecería para siempre todo deseo de consumir drogas. A lo largo de los treinta días seguí usando drogas, pero disminuí con lenti­tud la cantidad consumida, y lo planeé de tal manera que para la fecha límite que me había fijado habría dejado de consumir drogas por completo.-
En aquel grandioso día de julio dejé de consumir drogas y no las he vuelto a consumir desde entonces. Esto no se pareció en ningún sentido a las demás ocasiones anteriores, en las que dejaba de consumir drogas, solo para volver a hacerlo en unos cuantos días, o unas cuantas semanas. En esta ocasión mi sentimiento profundo me decía que genuinamente no tenía deseos de consumir drogas. No necesité de fuerza de voluntad, ni de sustitutos, ni de supresión de sentimientos y deseos. ¡Dio resultado! ¡Por fin estoy libre!
El alcoholismo, otro vicio más, está mucho más difundido que la drogadicción, y ensombrece muchas más vidas... millo­nes de ellas tan solo en Estados Unidos. Sus víctimas también tienen la necesidad desesperada de vencer sentimientos de desamparo, fracaso y culpabilidad, para adquirir confianza en sí mismos y serenidad para facilitar su retorno a la salud.
Estas necesidades quedaron satisfechas cuando quince alcohó­licos tomaron el curso de Control Mental en 1973 como parte de un proyecto de investigación que se llevó al cabo en un retiro campestre en donde se encontraban bajo tratamiento. El doctor De Sau evaluó los resultados. Aplicó el mismo test de personalidad que había usado con anterioridad con los alum­nos graduados de la Universidad de Scranton y, al igual que en el estudio anterior, lo aplicó una vez inmediatamente antes del curso y otra, un mes después del mismo.
El contraste más marcado entre estas quince personas antes del curso y después del mismo se manifestó en el comporta­miento de manipulación. En el perfil de grupo se observó un desplazamiento del control furtivo de la conducta, a una mayor franqueza y sinceridad en la persecución de los objetivos, un cambio que la casualidad produciría solamente una vez en un centenar de ocasiones. Otras modificaciones siguieron, en for­ma general, el patrón que se observó entre los estudiantes de secundaria y los graduados de quienes se habló con anteriori­dad. Adquirieron una mayor fortaleza del ego y una mayor confianza en sí mismos, y se mostraron más relajados y más abiertos a nuevas experiencias, todas estas, cualidades de valor inapreciable para cualquier persona que lucha por liberarse del alcohol.
Uno de los cambios más significativos fue una reducción en la "sensibilidad ante la amenaza", o ansiedad. El doctor De Sau escribió: "El área de la sensibilidad ante la amenaza, con su intensa tensión autónoma y su exceso de actividad, puede ser de importancia considerable para la comprensión del com­portamiento del alcohólico. Es muy posible que los alcohólicos empleen el alcohol como un medio para tratar de equilibrar sus síntomas mentales físicos. El alcohol como una respuesta para equilibrar la mente y el cuerpo en una situación de ame­naza podría proporcionar un alivio de ese nivel de ansiedad. Podría parecer que la mejoría en el concepto de sí mismo y la capacidad para enfrentar la ansiedad constituirían una alter­nativa significativa en lugar del alcohol".

El director del retiro campestre presentó un informe sobre los progresos de los quince nuevos graduados de Control Mental seis meses más tarde. (Con objeto de proteger su intimidad se utiliza simplemente la palabra "sujeto" o la letra "S" para hacer referencia a ellos, en lugar de emplear sus nombres).
Sujeto 1: No ha habido recaídas desde que se sometió al programa de rehabilitación de 90 días. Desde que tomó el curso de Control Mental. S ha progresado y ha dejado de ser un in­dividuo muy pasivo y retraído, para convertirse en una persona cordial, sociable y de agudo ingenio.
Sujeto 2: Desde que tomó el curso de Control Mental, S no ha sufrido ninguna recaída y ha dejado la residencia y el programa de tratamiento en el retiro campestre. Parece ser que S está adquiriendo una sensación de bienestar y confianza en sí mismo.
Sujeto 3: No ha tenido recaídas desde que se sometió al tratamiento de rehabilitación en el programa del hospital. Des­de que tomó el curso de Control Mental, S ha experimentado un progreso definitivo en el programa de A. A.
Sujeto 4: No ha sufrido recaídas desde su hospitalización antes de tomar el curso de Control Mental. Este ha reforzado en forma definitiva su programa de tratamiento terapéutico.
Sujeto 5: S no ha sufrido ninguna recaída desde que se le dio de alta del programa de rehabilitación del hospital.
Sujeto 6: No ha habido recaídas. La sensación de bienestar de S está mejorando en forma definitiva. La mejoría se refleja en una estabilización aparente de toda su familia. Sus califica­ciones en la universidad también han mejorado.
Sujeto 7: Hasta la fecha S no ha sufrido ninguna recaída. Después del Curso de Control Mental, S abandonó el programa A. A. No obstante, es evidente que vive de acuerdo con la filo­sofía de A. A. Aparentemente, las relaciones familiares también parecen estar mejorando.
Sujeto 8: No ha sufrido recaídas desde que tomó el curso de Control Mental. Las relaciones familiares han mejorado enormemente. S ha dejado de ser el tipo de individuo mordaz e iracundo, para convertirse en una persona con tempe­ramento afable, "que ama a su vecino".
Sujeto 9: El sujeto, una mujer, no ha sufrido ninguna re­caída, y en la actualidad tiene un empleo.
Sujeto 10: No ha habido recaídas. Ahora S se orienta hacia sus objetivos y ha alterado en forma definitiva las limitaciones autoimpuestas, y está buscando oportunidades para obtener lo­gros de mayor importancia.
Sujeto 11: Desde que tomó el curso de Control Mental, S ha afirmado que su vida ha mejorado en forma progresiva, cosa que salta a la vista en la sensación de bienestar que manifiesta su familia y que se aprecia en su hoja de servicios en el traba­jo. S no ha sufrido ninguna recaída.
Sujeto 12: Doce años en el programa de A. A. Desde que tomó el curso de Control Mental, S ha sufrido una breve recaída con una duración de menos de una hora. No ha habido otras recaídas.
Sujeto 13: No ha sufrido recaídas desde que se le dio de alta del programa de rehabilitación del hospital. Desde que tomó el curso de Control Mental, S está reorganizando su vida en forma progresiva. Se ha observado mejoría en áreas tales como el trabajo, la familia, etcétera.
Sujeto 14: Desde que tomó el curso de Control Mental, S ha sufrido varias recaídas, y de todas ellas se ha recuperado por su propia cuenta. No ha sido hospitalizado a causa de nin­guna de estas recaídas, como sucedía antes de que tomara el curso de Control Mental.
Sujeto 15: Se ha sometido periódicamente ai programa de A. A. a lo largo de ocho años. Fue hospitalizado cuatro veces antes de tomar el curso de Control Mental. Hubo recaídas pe­riódicas durante este ínterin. Desde que tomó el curso de Control Mental, S ha sufrido cuatro recaídas, dos de las cuales requirie­ron de un breve periodo de hospitalización.
Obviamente, Control Mental constituyó un poderoso es­tímulo en las luchas de estos quince alcohólicos, a excepción del último.
Desde luego, este pequeño estudio no basta para demostrar que en la actualidad Control Mental se debería aceptar como parte integral del tratamiento de los alcohólicos. No obstante, la mejoría en la sensación de bienestar que se ha hecho apa­rente en forma tan uniforme en las pruebas realizadas antes y después del curso con los estudiantes y pacientes psiquiátri­cos, indica claramente que aquellos que buscan medios más efectivos para ayudar al alcohólico deberían hacer una prueba con el Control Mental.

Existe otra condición que provoca el quebrantamiento del amor propio; esta situación no es autoimpuesta, como en el caso de la adicción a las drogas o al alcohol, pero está todavía más difundida: la pobreza. Desde que existen las sociedades humanas se ha reflexionado sobre las causas de la pobreza y sus remedios. Control Mental no participa en este debate, pero puede resultar de gran ayuda para persuadir a los pobres para que recurran a sus fuerzas y se ayuden a sí mismos.
A algunos les puede parecer que ya hemos iniciado la parti­cipación en el debate, como si al persuadir a los pobres para que se ayuden a sí mismos estuviéramos suponiendo que ellos tienen la culpa de su propia pobreza. Obviamente, esto es falso, pero cada una de las personas pobres se puede ayudar a sí misma para salir de sus limitaciones cuando descubra en Control Men­tal lo que todos los demás descubren: una mayor capacidad para controlar su propia vida.
El primer esfuerzo serio para descubrir qué utilidad tendría Control Mental, si es que la tiene, como parte de un programa de rehabilitación en el ámbito del trabajo social, fue un estu­dio con 41 personas que vivían de la beneficencia pública.
Es bien sabido que una persona que se queda sin empleo sufre un golpe en su amor propio. Esto hace más difícil el que piense y actúe debidamente para salir de su problema. Un aspirante a un empleo que muestra una actitud derrotista y acomplejada se desempeña en forma poco favorable en las en­trevistas que tiene, cosa que prolonga su periodo de desempleo, lo que a su vez hace que disminuya todavía más su amor propio. A la larga esto lo puede conducir a vivir de la beneficencia pública. Si algo interviniera en esta espiral descendente a pro­porcionar un estímulo realista al amor propio, la persona alcan­zaría una posición poderosa para ayudarse a sí misma.
A grandes rasgos, este es el razonamiento que siguió Larry Hildore, director del Departamento de Servicio Social de Ottawa County, en Michigan. Él mismo había tomado el curso y sabía lo que el entrenamiento podía lograr. La única duda que tenía en mente radicaba en saber si los resultados se podían medir y qué forma darle a las mediciones.
Para elaborar el proyecto de investigación y aplicar los tests él y el doctor De Sau recurrieron al doctor James Motiff del departamento de psicología de Hope College, en Holland, Mi­chigan. El test que escogieron fue el "Tennessee Self-Concept Test", prueba ampliamente usada que consta de seis páginas y cien preguntas. Este test mide cinco aspectos de la opinión que una persona tiene de sí misma: ser físico, ser moral/ético, ser personal, ser familiar y ser social. El test se aplicó en dos ocasiones, una antes del curso y la otra después del mismo.
Este solo hecho podría llevar a algunos a ver los resultados como un simple "Efecto de Hawthorne". (A mediados de la década de 1920 y en los primeros años de la de 1930, la com­pañía Western Electric Company emprendió un proyecto de investigación de largo alcance para estudiar los distintos cam­bios en las condiciones de trabajo que podrían mejorar el es­tado de ánimo de los empleados de su planta Hawthorne, de Chicago. No importaba lo que la compañía hiciera, el estado de ánimo mejoraba. Si contribuían con algo, el estado de áni­mo mejoraba. Si lo eliminaban, volvía a mejorar. Coincidieron en que a la gente le daba gusto que se percataran de su existencia, y esto explica las mejorías en el estado de ánimo.)
Para medir este posible "Efecto de Hawthorne", el doctor Motiff puso a prueba a otro grupo de personas que vivían de la beneficencia pública que no tomaron el curso de Control Mental. Se les aplicó la prueba dos veces, pero a diferencia del grupo que había tomado el curso de Control Mental, ellos no experimentaron nada especial entre los dos tests. No se pro­dujo ningún "Efecto de Hawthorne".
Aquellos que recibieron el entrenamiento de Control Men­tal terminaron con puntos de vista radicalmente diferentes acerca de sí mismos, cambios que en algunos casos superaban la casualidad con probabilidades de millones a una. Los cam­bios fueron extraordinarios en todas las categorías: los nuevos graduados descubrieron que eran mejores personas de lo que antes habían pensado que eran, y sintieron una nueva confian­za en su capacidad para resolver sus propios problemas.

El grado de cambio llevó al doctor Motiff a exclamar que los datos "son los más significativos que jamás he observado".
Un informe relacionado con el estudio decía lo siguiente:
Había surgido una cierta duda en relación con el grado de receptividad que mostraría una... madre [que vive de la beneficencia pública] en los abismos de su miseria, ante una exposición repentina con Control Mental, y su filosofía que habla de "estar cada vez mejor". Dicha preocupación se disipó rápidamente... en la segunda semana. Ciento por ciento de las personas que se inscribieron originalmente regresó para terminar el curso, y el tímido silencio preva­leciente en un principio fue reemplazado por un murmullo de animada conversación que amenazó con convertir la se­sión en una reunión de reencuentro de gran efervescencia.
Casi todo el mundo tenía algo constructivo de qué ha­blar ... un nuevo acercamiento con sus hijos... la des­aparición de un dolor crónico de cabeza .. disminución en la frustración... pérdida de peso. Una joven madre de ros­tro radiante usó la técnica del Espejo de la Mente para encontrar la solución a su problema de empleo y vio úni­camente una mano que llenaba un cheque. Al día siguiente consiguió justamente el empleo que siempre había deseado.
Por lo general es un estado mental en que se ha deteriorado el concepto de sí mismo el que lleva a una persona a ingresar en una prisión y allí lo convierte en un hombre rudo y cínico. Y es también un estado mental el que generalmente propicia su pronto regreso a la cárcel una vez que ha salido "libre". La clase de libertad que Control Mental podría proporcionar a un delincuente es la misma que nos ofrece a todos nosotros; la liberación absoluta de las constricciones mentales que se nos manifiestan a muchos de los que andamos "libres", como dolo­res de cabeza, úlceras, insomnio, angustia y fracasos en la vida, y que equivalen a lo que los prisioneros encuentran como la constricción de muros y rejas.
La limitada experiencia que tiene Control Mental en las prisiones indica que tiene como resultado que el individuo per­cibe un medio ambiente menos brutal. El tiempo de condena ya no se compone de horas vacías que la ley arrebata a la vida de una persona, sino en una parte plena de la vida misma... horas de crecimiento y conocimiento de sí mismo. Puede ser que Control Mental no haga de la prisión una morada de feli­cidad, pero puede convertirla en un sitio más civilizado en el cual uno puede evolucionar.
Aunque no se han llevado al cabo estudios estadísticos, las experiencias personales de los prisioneros y de sus instructores son mucho más elocuentes. Cuando Lee Lozowick era coordi­nador de área de Control Mental en Nueva Jersey (renunció a principios de 1976 para establecer Hohm, una comunidad espi­ritual), él impartió el curso siete veces en la prisión Rahway State Prison, cuatro veces a un total de aproximadamente se­senta presos, y tres veces al personal de la prisión.
—No cabe la menor duda —dijo él— acerca de los bene­ficios que los prisioneros y el personal obtuvieron del curso. Se les podía observar en el rostro.
Los funcionarios quedaron hasta tal punto impresionados con Control Mental que a los prisioneros que estaban estudian­do para obtener un título se les acreditó académicamente el curso.
Ronald Gorayeb, quien sucedió al señor Lozowick en su puesto en Control Mental, impartió el curso a diez presos de la cárcel Passaic County Jail de Nueva Jersey. Un hombre aban­donó el curso cuando quedó en libertad y quiso regresar para terminarlo. Los funcionarios de la prisión tuvieron que negarse. Otro pidió aislamiento penal después del curso para ayudarse a meditar. Los funcionarios de la prisión accedieron. Otro más se programó un empleo en el exterior, por medio del uso de la técnica de la pantalla mental. Encontró el empleo, que era lo único que necesitaba para obtener la libertad condicional.

19. CONTROL MENTAL EN EL MUNDO DE LOS NEGOCIOS

Vamos a suponer que usted cree en la Ley de Murphy que dice: "Si algo puede salir mal, saldrá mal, y lo hará en el peor momento posible", y que de pronto descubre que no existe tal ley sino que, en su lugar, se cuenta con la Ley Cósmica acerca de la cual escribió José. Usted se sentirá más afortunado por­que es más afortunado.
. Muchos graduados de Control Mental dicen que esto es lo que sucede en su trabajo. El vendedor se encuentra con que su cliente se muestra más abierto hacia él; el hombre de ciencia descubre respuestas a problemas confusos; el atleta profesional acumula más tantos; los individuos que no tienen empleo en­cuentran uno; los que tienen empleo disfrutan más de él.
—Cuando me encuentro con graduados de Control Mental en la compañía —dice Michael Higgins de cuarenta y cuatro años de edad, Director de Desarrollo de Personal en la planta de Hoffmann-LaRoche, Inc., ubicada en Nutley, Nueva Jersey— encuentro una actitud positiva consistente y una alegría reflejada en los rostros de estas personas, y esto lo experimento continuamente. Hoffman-LaRoche es una de las gigantescas ma­nufactureras farmacéuticas del mundo.
—Quizá esto le sorprenda, ya que lo dice un fabricante de tranquilizantes —expresó Higgins— pero estamos dispuestos a probar medios alternativos para alcanzar una salud mental más perfecta, y esta fue una de nuestras motivaciones para explo­rar por vez primera Control Mental Silva en 1973.
Otra cosa que motivó al señor Higgins a indagar acerca del curso es el hecho de que pocos de los empleados más eficaces de cualquier compañía son tan efectivos como podrían serlo. Lo que descubrió en Control Mental lo llevó a planear un pro­yecto piloto que conduciría inicialmente a un programa apoya­do por la compañía, y de ahí a generar el entusiasmo sufi­ciente para ponerlo en marcha independientemente. Él anunció el plan: "inscribió a cincuenta personas de la noche a la ma­ñana", y acudió al reverendo Albert Gorayeb, pastor de una iglesia de la vecina ciudad de Paterson, quien es uno de los con­ferencistas más carismáticos de Control Mental.
El plan tuvo éxito. Ahora, tres años más tarde, hay más de trescientos graduados en la planta: ejecutivos de alto nivel, hombres de ciencia, secretarias, ingenieros, asistentes de labora­torio, y directores de personal. Algunos tomaron el curso bajo el patrocinio de la compañía, y muchos por su propia cuenta.
—Me sentí particularmente fascinado por los investigadores que tomaron el curso. Al principio ellos eran los que se bur­laban más, pero terminaron siendo los más entusiastas de to­dos —manifestó el señor Higgins.

Aquí tenemos algunos comentarios de los graduados de Con­trol Mental de Hoffman-LaRoche, publicados en el boletín de noticias de la planta, Inside Roche:
Un director de mercadotecnia nos dice: "Me proporcionó una nueva sensación de conciencia de mí mismo y la importan­cia de interactuar y trabajar con mis compañeros de oficina. Estoy aplicando lo que aprendí y trato de adquirir la capaci­dad para canalizar mis intereses y mis realizaciones de tal ma­nera que se desperdicie menos tiempo y movimiento".
Un bioquímico asistente declara: "Mi actitud mental ha cambiado por completo; como resultado de ello estoy convencido de que las cosas buenas verdaderamente suceden cuando se tiene una perspectiva positiva ante la vida. Es sorprendente la cordialidad que se genera entre dos personas cuando se es agradable y tolerante mutuamente".
Palabras de un administrador de personal: "Es una de las mejores cosas que me han sucedido y considero un privilegio el haber podido participar. El curso hace resaltar la forma po­sitiva de pensar, y me ayudó a alcanzar paz interior aumen­tando mi confianza".
Un supervisor de servicios de planta afirma: "Mentalmen­te, me siento mejor... no me preocupo tanto ni trato de ver todo como una emergencia, he aprendido a relajarme y a con­trolar mis dolores de cabeza. El éxito está en el convencimiento".
Opinión de un analista de sistemas: "Los resultados del curso son un incremento en la confianza y una sensación general de bienestar, además nos enseña la manera de reconocer partes de nuestra naturaleza que por lo general se ignoran. Por ejem­plo, el curso intensifica la sensibilidad ante otras personas y nos hace más conscientes de las experiencias intuitivas que nues­tra mente racional tiende a negar".
Un negocio establecido desde el principio con técnicas de Control Mental es Idea Banque, Inc., ubicado en Chicago. Se trata de una cooperativa para graduados de Control Mental con inventos comerciables. Se inició cuando Richard Herró, que está a cargo de las actividades de Control Mental en el área de Chicago, planteó un complejo problema de mercadeo para ver si la clase de intuición estimulada por Alfa y Theta podía conducir a respuestas prácticas. El señor Herró, con el respaldo de diez años de experiencia como asesor de mercadeo, ya tenía una respuesta perfectamente buena... le había lle­vado diez años elaborarla. Los graduados de Control Mental también obtuvieron igualmente respuestas perfectamente bue­nas ... en diez minutos.
—Esperaba que sucediera algo así, pero no estaba prepara­do para que las personas sin preparación técnica se desempe­ñaran mucho mejor en la resolución de problemas técnicos que los expertos. No se encuentran encerrados dentro de la lógica, y pueden explorar más posibilidades.
"Tuve que llegar a la conclusión —dijo— de que la inte­ligencia combinada de veinte personas que han entrado a ni­vel, y que hacen uso de su imaginación creativa, es aproxima­damente mil veces más efectiva que la inteligencia de veinte personas que tratan de razonar la manera de obtener una so­lución".

Él mismo utilizó las mismas técnicas para la resolución de problemas, e inventó y patentó una nueva forma de hacer con­creto presforzado. Después los graduados de Control Mental empezaron a tener ideas propias, y necesitaban conocimientos en el área de mercadeo.
—Así nació Idea Banque —explica él. En total, Idea Banque, que actualmente se encuentra en su segundo año, tiene dieciocho inventos en el mercado, o listos para salir, y aproximadamente una veintena en proceso. Uno es un "devorador de hojas", un aditamento para podadora de pasto que hace estiércol de las hojas. Una firma que vende pro­ductos por televisión compró dos millones y medio de ellas. Otro invento es un remiendo adhesivo para pantallas rotas. En lugar de ser invisible, este atrae la atención. El BUG PLUG es de colores y tiene la forma de un insecto.
La compañía se reúne una vez al mes para resolver sus problemas por medio de la meditación. Sus miembros son per­sonas cuyas ideas tienen un potencial para producir utilida­des. Ellos pagan una cuota inicial, además de una reducida cuota mensual y reciben participación de las utilidades.
Otro negocio fundado por graduados de Control Mental en el área de Chicago es, o fue, una asociación de inversionistas. Un corredor de bolsa pensó que su habilidad para desplazarse hacia adelante y hacia atrás en el tiempo se podría aprovechar para la elección de inversiones. Si en una sesión de meditación usted ve que el valor de ciertas acciones se eleva en el futuro, compre ahora y venda en el futuro. El plan atrajo la atención del señor Herró y se formó una asociación. El señor Herró, el corredor de bolsa y otros miembros se sintieron entusiasmados, pero no estaban completamente seguros. Control Mental ha resuelto una extensa gama de problemas, pero nunca, hasta donde se tiene conocimiento, el problema de prever con exac­titud las alzas y bajas de los precios en Wall Street.
Con este saludable escepticismo, los miembros se aferraron a su dinero durante los primeros seis meses de ensayos semanales.
Cada semana el corredor de bolsa les proporcionaba los nom­bres de diez lotes de valores. Los miembros, a nivel Alfa, se visualizaban a sí mismos treinta días en el futuro. Se veían en la oficina de un corredor de bolsa o leyendo un periódico, enterándose de los cambios que habían sufrido los valores de las acciones. Cuando regresaban al presente, a nivel Beta, se con­tramarcaban sus descubrimientos. Cuando la votación era de 1.5 a 1 en favor de ciertas acciones se hacía una compra... en teoría.
Al principio surgió un problema. Los miembros tuvieron que aprender que una actitud de alegre optimismo, una de las características del graduado de Control Mental, con frecuencia resulta una guía engañosa en cuanto a lo que sucederá en la bolsa de valores. Ellos empezaron viendo que subían los valo­res de todas las acciones. Empero, aprendieron con rapidez y pronto empezaron a tener "aciertos". La "Cartera de Valores" del grupo empezó a obtener mejores rendimientos que el pro­medio en el mercado.
Se planteó otro problema. Con creciente entusiasmo, los accionistas psíquicos empezaron a leer acerca de las acciones que habían elegido, informándose cada vez más al respecto. Llevaron esta información objetiva a sus sesiones de meditación y sus ganancias teóricas bajaron.
La respuesta a esto consistió en dar a cada acción un número codificado con objeto de que nadie supiera cuál era la acción que estaba estudiando en forma psíquica. Los resultados mejo­raron, una vez más por encima de los promedios en el mer­cado. Ahora, con seis meses de datos que demostraban que los psíquicos entrenados pueden superar los rendimientos de la bolsa de valores, había llegado el momento de invertir dinero real.
La transición de ensayos a inversiones auténticas se llevó al cabo sin contratiempos. Los miembros acumularon ganancias verdaderas. Cuando había una baja en el mercado, también bajaban sus acciones, pero no en la misma proporción que las del mercado en general. Cuando había un alza en el merca­do, sus acciones también subían, incluso más que en el mercado. Sin embargo, al cabo de un año aproximadamente, surgió un contratiempo. El mercado bajó más de lo que subió. La cartera del grupo también bajó, aunque no en forma tan abrupta. Aún así, descendió, y el orgullo que el grupo sentía por haber supe­rado sus rendimientos en el mercado se vio apocado por sus pérdidas.

Cualquier accionista experimentado le dirá que se puede obtener dinero en lugar de perderlo cuando el mercado sufre una baja. Solo se necesita vender a la baja. Usted vende una acción ahora, a pesar de que no la tiene, después la compra y la entrega más tarde, luego de que el precio ha bajado. Esto es perfectamente legal, pero significa obtener un beneficio de las pérdidas de otros o, si lo expresamos de otra manera, tener un interés creado en una mala noticia, cosa que no va de acuerdo con los graduados de Control Mental. La asociación se suspendió.
Al momento de escribir este libro se está presentando un alza en el mercado, y el señor Herró informa que es posible que los miembros vuelvan a empezar.
El interés que él tiene en la aplicación de Control Mental en los negocios se extiende a los deportes, mismos que, dice, equivalen a un negocio, al igual que la distribución de nuevos productos y la inversión en la bolsa de valores. Tal vez usted se haya enterado de que algunos de los miembros del equipo de béisbol White Sox de Chicago tomaron el curso de Control Mental. Se hizo una campaña muy amplia de publicidad al respecto en el verano de 1975, en el programa 60 Minutes de la cadena CBS-TV y en el programa Today, de la cadena NBC-TV. Estas actividades fueron posibles gracias al entusiasmo del señor Herró.
Cuando finalizó la temporada de béisbol, él comparó los promedios individuales de los jugadores, antes de que tomaran Control Mental (1974) y después (1975). Todos mejoraron, la mayor parte de ellos en forma extraordinaria.
Entre los graduados más entusiastas con los que cuenta Control Mental están los vendedores.
—Me pongo a nivel y visualizo una visita exitosa. Los re­sultados han sido sorprendentes. Cada mes me digo a mí mismo que voy a conseguir X dólares, y me fijo metas cada vez más elevadas. Y constantemente las alcanzo.
Lo anterior lo dijo un vendedor de una de las firmas más prestigiadas de Wall Street. El vicepresidente de una pequeña compañía acerera dijo:
—Me digo a mí mismo: «Voy a venderle a este tipo», y da resultado. Ahora les estoy recomendando [Control Mental] a mis vendedores, mis socios, incluso a mis hijos. Pienso que todo el mundo puede obtener beneficios de él, y no solamente en su trabajo sino también en su vida personal.
En términos del número de informes procedentes de gradua­dos, los resultados más impresionantes se encuentran en lo que se refiere a encontrar empleo. La serena confianza en sí mismo que origina el entrenamiento de Control Mental probablemente explica este hecho en la misma proporción que cualquier otro factor: la confianza necesaria para buscar un mejor empleo, la mayor seguridad con la que el graduado se conduce en las entre­vistas para obtener empleo... estos factores bastan para cam­biar el curso en la carrera de una persona.
Un fotógrafo con esposa y dos hijos perdió su empleo en forma repentina, y le escribió a su instructor:
Si esto hubiera sucedido hace cinco años, hubiera volado a la cantina más próxima con toda la justificación del mun­do para emborracharme... y llorar en la cerveza del tipo sin empleo que se encontrara junto a mí.

AHORA con Control Mental... que me brindó la ca­pacidad para despejar nubes con objeto de poder tomar fotografías aéreas sin sombras en el suelo, para curar de inmediato docenas de cortadas y rasguños, y para encon­trar docenas de artículos perdidos, tan solo con ver mi pan­talla, no me preocupé en lo más mínimo en cuanto a la posibilidad de encontrar otro trabajo.
Lo único que hice fue entrar a nivel, y vi que asistía a la universidad, cosa que me pareció muy cómica en vista del hecho de que ya tengo un título... Sin embargo, mis investigaciones revelaron que en realidad soy elegible se­gún los estatutos de veteranos del Ejército, y ganaré 400 dólares por el esfuerzo, y eso junto con los 300 dólares a que tengo derecho en mi calidad de desempleado me pro­porcionarán 700 dólares de salario neto, cantidad que re­presenta 200 dólares más de lo que ganaba cuando tenía un empleo. Además del hecho de que puedo ofrecer mi trabajo a la AP, UPI, y a las revistas.
Otra persona que se recuperó de una pérdida repentina de empleo fue un flamante graduado de Nueva York. Él llamó furioso a José y le dijo:
—¡Ahora hábleme de Control Mental!
Con tranquilidad, José le dijo que siguiera trabajando con su pantalla mental y las otras técnicas. Tres días más tarde llamó a José con una actitud mental marcadamente distinta. Acababa de conseguir un empleo en el que le pagaban tres veces más que en el que había perdido.
Quizá la experiencia más pintoresca de Control Mental en el mundo de los negocios sea la que nos comunicaron un hom­bre y su esposa, quienes se dedican a abrir por encargo las cajas fuertes de otras personas. Esa es la manera en la que lo hacen: uno de ellos va psíquicamente al laboratorio, evoca una ima­gen mental vivida de la caja fuerte y de su dueño, después regresa el reloj y observa detenidamente mientras el hombre abre la caja fuerte. El otro, que actúa como orientólogo, anota cuidadosamente cada uno de los números que le mencionan. Más tarde, a nivel Beta, el psíquico hace una visita a domicilio y a nivel Beta, abre la caja fuerte para el sorprendido y agradecido propietario. El psíquico que es cerrajero autorizado en la región del oeste medio de Estados Unidos, con frecuencia recibe llamadas en las que le piden que abra cajas fuertes para gente que no puede recordar su combinación.

20. ¿HACIA DÓNDE NOS DIRIGIMOS AHORA?

A partir del momento en que usted alcance su primer logro con Control Mental, habrá emprendido una odisea en pos del conocimiento de sí mismo. Lo que descubra acerca de su per­sona será favorable. Finalmente, cuando haya logrado que todo funcione para usted en la forma que José describió en sus ca­pítulos, se abrirán ante usted varios senderos que conducen al desarrollo del futuro.
Al través de libros, amigos u otros cursos, usted podrá po­ner a prueba todavía más técnicas' e incrementar las herramien­tas mentales que tendrá a su disposición. Por otro lado, e& posible que encuentre que incluso un milagro que se repite una y otra vez se convierte en lugar común y, al desvanecerse el entusiasmo de sus nuevos descubrimientos, puede ser que usted afloje el paso y vuelva al punto en el que se encontraba al principio. O, al descubrir que una técnica de Control Men­tal le proporciona mejores resultados que otras, puede suceder que se especialice en esa y la convierta en una parte confiable de su vida. Ninguno de estos senderos es el mejor para usted.
Si inicia una búsqueda en pos de otras técnicas, descubrirá muchas que dan resultado. Es probable que las que encuentre ya hayan sido investigadas por José y que hayan sido elimina­das en favor de aquellas que forman parte de su curso. Aquellos que se convierten en coleccionistas de técnicas desperdician el tiempo, en lugar de aprovecharlo para desarrollar algunas de las que resultan útiles hasta el punto de dominarlas por completo. Volveremos sobre esto más adelante.
Si usted descubre que su entusiasmo se apaga y abandona la práctica de Control Mental, no estará solo. Lo que es más importante, es que su experiencia no constituirá una pérdida absoluta. José ha observado que, una vez que se adquiere, jamás se pierde por completo el entrenamiento de Control Mental y se puede recordar y aplicar en una emergencia.
Lo que hacen muchos graduados es conformarse con una técnica en especial que les proporciona los mejores resultados. Mientras más la utilizan, mejores son los resultados. Sin em­bargo, existe un cuarto camino, mejor que cualquiera otro.
Control Mental se compone de una cuidadosa selección de ejercicios y técnicas mentales que se refuerzan unos a otros. El ignorar uno de ellos porque no le proporciona los mismos resultados que otro equivale a pasar por alto la oportunidad de alcanzar un desarrollo pleno. El Control de los Sueños re­fuerza su habilidad para el uso de la Pantalla Mental; la Pan­talla Mental hace que el Control de los Sueños sea más confia­ble y más vivido. El curso, y los capítulos que José escribió en este libro, forman parte de un todo; el todo es mucho mayor
que las partes.
A pesar de ello, es posible que usted se pregunte hacia dónde se dirige una vez que lo ha practicado todo y ha logrado que dé resultado.
No basta con lograr que Control Mental le proporcione re­sultados. Siempre hay grados de control, sutilezas en la expe­riencia, que guardan para usted.
En una ocasión un estudiante le preguntó a José:
—¿Cuál es el punto en el que una persona sabe que ha obtenido de Control Mental todo el provecho que se puede obtener?

—Cuando usted es capaz de trasformar todos su proble­mas en proyectos y hacer que sus proyectos se realicen como usted lo desea—, respondió él. Después hizo una pausa y agregó:
—No... va más allá de esto. Cuando usted se da cuenta de los enormes poderes con los que todos nacimos, cuando ve en su propia experiencia que estos poderes solamente se pueden usar en forma constructiva, y comprende que hay dignidad y propósito detrás de nuestra presencia en este planeta. Soy de la opinión de que el propósito con el que debemos cumplir es el de evolucionar, y esta evolución es ahora nuestra propia responsabilidad individual. Pienso que la mayor parte de la gente tiene una especie de corazonada muy débil en este sen­tido. Mientras más practica Control Mental, más intensa se vuelve aquella, hasta que se convierte en una firme certeza.
Es esta profundidad en la experiencia lo que le aguarda... la "firme certeza" de que existe un propósito benigno detrás de todo. En Control Mental, esto llega no como un destello místico después dé años de practicar una meditación que exige el renunciar a la vida, sino que surge de pronto, de la diaria tarea de vivir con mayor plenitud, de los detalles cotidianos de la vida y de sus acontecimientos, que forjan el destino.
Vamos a tomar un incidente muy insignificante, como los que podría experimentar un nuevo graduado de Control Men­tal, y veremos cómo se convierte en un paso hacia la adquisi­ción de esta "firme certeza". Lo primero que hizo el flamante graduado al regresar a casa después de sus vacaciones fue quitar el rollo de su cámara y después buscar en su equipaje otro rollo de película expuesta. No pudo encontrarlo. El rollo no repre­sentaba una pérdida importante, pero sí era molesta; se trataba de un recuerdo de la primera semana de sus vacaciones.
Él se puso a nivel y revivió el momento en el que había puesto un rollo en su cámara por última vez; pero lo único que vio en su pantalla mental fue la cámara misma sobre su mesa de té, sitio en el que había puesto el primer rollo, no el segundo. Permaneció a nivel y repasó cada uno de los momen­tos en los que había tomado fotografías, pero seguía sin apa­recer la escena en la que volvía a cargar la cámara. Seguía apareciendo insistentemente la escena de la mesita de té.
Convencido de que su pantalla mental no había dado re­sultado, llevó a revelar el único rollo de película. Cuando lo recogió se dio cuenta de que contenía todas las fotografías que había tomado, desde el principio de sus vacaciones hasta el final. Nunca hubo un segundo rollo.
Aunque fue un incidente insignificante, le proporcionó al graduado la primera razón que había encontrado fuera de la clase para tener más confianza en su propia mente. Con unos cuantos incidentes insignificantes como este, y otros de mayor importancia en los cuales se ayude a sí mismo y también a alguien más, el panorama de su propia persona y del mundo que lo rodea se modificará. Su vida se trasformará porque estará al borde de aquella firme certeza.
En el trayecto, puede ser que lleve al cabo algo como lo que aparece a continuación: un graduado que había estado prac­ticando Control Mental a lo largo de varios meses tenía una hija que era alérgica a los dos gatos de su familia. Siempre que jugaba con ellos empezaba a respirar asmáticamente y le brotaba una erupción por el cuerpo. Él colocó el problema, y después la solución imaginada, en su pantalla mental durante sus sesiones de meditación a través de una semana aproxima­damente. La solución que imaginó era que su hija jugaba con sus gatos, respiraba con facilidad y no tenía erupción. Un día vio en la vida real lo que había estado imaginando. Su hija ya no era alérgica a los gatos.
En estos dos casos tan solo se usó la Pantalla Mental. Am­bos dieron resultado, de modo que usted se podría preguntar: ¿para qué molestarse con las otras técnicas?
En el primer caso, si el graduado no hubiera aprendido nada más que la manera de utilizar su Pantalla Mental, puede ser que hubiera obtenido los mismos resultados, si suponemos que sencillamente había activado la recordación de un hecho "olvidado" y que la Inteligencia Suprema no intervino, cosa que está muy lejos de la realidad.
Empero, el segundo caso implicó el uso de un campo de acción más extenso en el entrenamiento de Control Mental: ponerse a nivel, ejercicios de visualización, Proyección Senso­rial Efectiva para la transmisión telepática de la curación, Con­trol de los Sueños, y estudio de rehabilitación, y añadir un grado máximo de expectativa a su deseo y a su creencia.
Con una práctica amplia, su mente empezará a tomar ata­jos. Se volverá más sensible a las señales leves sobre asuntos importantes, y se las trasmitirá sin que usted tenga que bus­carlas. Puede ser que la vida de una graduada de Control Men­tal se haya salvado de esta manera. Ella se encontraba meditan­do una mañana, justamente antes de salir rumbo a su trabajo, y estaba usando la Pantalla Mental para corregir un pequeño problema surgido en la oficina, cuando una enorme X negra bloqueó la escena que estaba tratando de crear. Después blo­queó todas las demás escenas relacionadas con su oficina. Una "corazonada" demasiado intensa para ignorarla le dijo que no se acercara a la oficina ese día, y ella alegremente permaneció en casa. Más tarde se enteró de que si hubiera acudido a la oficina aquel día habría estado presente en un robo armado en el cual resultaron gravemente heridas varias personas. Nor­malmente obtendríamos esta clase de información con el Con­trol de los Sueños, pero la pantalla mental era lo que ella estaba usando, y ese fue el medio por el cual se recibió la in­formación.

Aquí tenemos otro caso, en el cual la mente estaba entre­nada de tal manera que en una emergencia seria la graduada la controló sin tomarse tiempo para ponerse a nivel Alfa. Mu­chos de los acontecimientos descritos en la siguiente carta fueron ratificados por nueve testigos.
El miércoles llegué a casa después de hacer unas com­pras, con los brazos cargados de bolsas. Abrí la ventana alambrada, que se cerró contra mí antes de que yo pudiera abrir la puerta interior. Con impaciencia le di un fuerte empujón a la puerta y con horror me di cuenta de que se volvía a cerrar con rapidez, y la manija puntiaguda de la puerta se me clavó en el brazo, debajo del codo. Dejé caer las bolsas y lentamente me saqué la manija del brazo. Podía ver capas y capas de tejidos por el profundo agujero.
Después se empezó a acumular la sangre, hasta que llenó el agujero y empezó a escurrir. No tuve tiempo de desma­yarme. En lugar de ello me concentré intensamente para detener la hemorragia. Me invadió una enorme ola de ale­gría cuando se detuvo la hemorragia. ¡Apenas si podía creer lo que veía!
Empecé a sentir los primeros dolores mientras lavaba y limpiaba la herida. Me senté y me puse a nivel, para tra­tar de descubrir si debía cancelar mi viaje a Boston para escuchar al mayor Thompson en una reunión de Control Mental y en lugar de esto ir al doctor. Pero sentí un intenso impulso de dirigirme a Boston, y también de poner a prue­ba mi convencimiento de que había aprendido a controlar el dolor.
Trabajé incesantemente en mi dolor en el trayecto rumbo a Boston. Pero a lo largo de la conferencia se volvió tan severo y se me entumecieron los dedos hasta tal grado que incluso a nivel apenas si lo podía soportar. Me sentí culpable por no poder escuchar la conferencia... y sin embargo, al día siguiente pude repetirla casi palabra por palabra.
Mientras sufría ese intenso dolor, pedí ayuda psíquica­mente una y otra vez. Martha debe de haber escuchado mi súplica porque después de la conferencia, mientras la gente se dirigía hacia la mesa de café, ella insistió en ver mi "cortada". Cuando me levanté el vendaje, la herida estaba todavía completamente abierta. De alguna manera se ha­bía desprendido un pedazo de carne cuando me saqué la manija, y la piel que lo rodeaba tenía un color negro pur­púreo. Ella fue en busca de ayuda y* al enterarse del sitio en el que se encontraba el hospital más próximo, regresó con Dennis Slorin. Dije que no quería ir al hospital. Quería que Dennis trabajara en la herida, de modo que nos reti­ramos a un rincón tranquilo en donde Dennis se puso a
nivel.
Una vez que él empezó a trabajar en la herida el dolor se volvió tan intenso que también yo tuve que ponerme a nivel para trabajar con él. Cuando él empezó a unir el tejido desgarrado pedazo por pedazo, sus dedos parecieron extraer el dolor en enormes oleadas. ¡La herida se volvió hasta tal punto sensible que sentí deseos de gritar! Traté de concentrarme para hacer que el dolor desapareciera y para enviar ayuda a Dennis y a mí misma, una y otra vez, y combatí con el éxito el impulso, concebido sin duda al­guna a nivel Beta, de decirle que se detuviera y me permi­tiera ir a una sala de primeros auxilios. Realmente deseaba que diera resultado.
Y, después de lo que me parecieron horas, logré sentir que el dolor empezaba a calmarse. Primero sentí como diez por ciento menos el dolor, después como quince por ciento. Cuando Dennis me preguntó cómo me sentía, aproximadamente una cuarta parte del dolor había des­aparecido.

Al continuar se repararon los tejidos internos. Enton­ces, cuando se empezaron a reparar las capas externas, el dolor se volvió todavía más intenso. A pesar de mi concen­tración en la curación, estaba ligeramente consciente de la gente que sé movía a mi alrededor, especialmente de alguien que se encontraba detrás de mí y que me quitaba algo de dolor cuando yo lo necesitaba con más desesperación. Me sentí sumamente agradecida. Después se iniciaron las si­guientes oleadas, y tuve que concentrarme mucho para soportarlas.
Después trabajamos en la reparación de la parte más profunda de la herida. Sentí que la gente formaba un círcu­lo alrededor de nosotros para trasmitirnos fortaleza. Podía sentir la energía que surgía al través de mí, y que casi me levantaba de la silla.
Dennis también la podía sentir, y con la ayuda de los demás la curación progresó a un ritmo mucho más acele­rado. Algunos de los que se encontraban en el círculo me dijeron más tarde que podían ver cómo la herida se cerraba, la hinchazón se desinflamaba, la piel pasaba de un enfer­mizo color púrpura a uno purpúreo, después adquiría un color rojo y después un tono rosado, y, finalmente, las dos capas exteriores se unieron como las piezas bien cortadas de un rompecabezas.
Cuando regresamos al lugar en el que había estacio­nado mi automóvil, mis amigos querían llevarme a Warwick, no querían que la herida se abriera cuando usara mi brazo para mover la palanca de velocidades del coche. Pero yo me negué. Sabía que llegaría sana y salva a casa. ¡Y así lo hice, sin sentir el más mínimo dolor!
A la mañana siguiente me desperté en excelente estado. El brazo me provocaba la sensación de que hubiera parti­cipado en una pelea. ¡Jamás me han golpeado, pero me imagino que así es como se debe de sentir uno! Pero no había dolor, y mi brazo lucía en perfectas condiciones. Me senté en la cama y observé nuestro hermoso mundo bañado por la esplendorosa luz del sol. ¡Sentí como si hubiera vuelto a nacer!
Como usted podrá ver, si continúa explorando los potencia­les de su mente obtendrá beneficios inapreciables. En este sen­tido, dice el doctor Wilfrid Hahn, Director de Investigación de Control Mental, cada uno de los graduados de Control Mental se convierte en su propio director de investigación.
—¿En qué otro campo de la investigación resultan tan innecesarios los laboratorios costosos y los equipos complica­dos? —preguntó él.
El instrumento de investigación más complicado que jamás se haya ideado, uno que es hasta el punto notable que me sien­to admirado siempre que pienso en él, está a su disposición y a la mía las veinticuatro horas del día: nuestra mente. Todos nosotros somos, en consecuencia, directores de investigación.
Una importante ventaja con la que contamos hoy día es la de que, por vez primera en la historia de la ciencia moder­na, la investigación psíquica se está convirtiendo en algo respeta­ble. El peligro de que un investigador serio sea humillado como si fuera un chiflado irresponsable, como lo fue José en sus primeros tiempos, se ha reducido en sumo grado.
No obstante, este peligro no ha dejado de existir por com­pleto para nosotros. Existen médicos que están aprendiendo a usar Control Mental con su clientela, científicos industriales que utilizan el Control de los Sueños para encontrar la pista de nuevos productos, hombres y mujeres de todas las condicio­nes (algunos se han mencionado en este libro) nos dicen:
—No use mi nombre. Mis amigos pensarán que estoy loco.
Esto se vuelve cada vez más raro. Cientos de miles de gra­duados de Control Mental hablan con orgullo de lo que ellos están logrando con su entrenamiento. Revistas médicas presti­giadas publican estudios científicos y clínicos acerca de la cu­ración psíquica y las interacciones mente-cuerpo. Hombres y mujeres muy conocidos, miembros del equipo de béisbol White Sox de Chicago y actores y actrices de la talla de Carol Lawrence y Marguerite Piazza (mencionada con anterioridad), Larry Blyden, Celeste Holm, Loretta Swit, Alexis Smith y Vicky Carr, todos ellos han hablado públicamente de sus experiencias con Control Mental.
¿Hacia dónde nos dirigimos ahora? A lo largo de un extenso sendero de emocionante conocimiento de sí mismos. Con cada nuevo descubrimiento usted se encontrará más cerca del obje­tivo en el proyecto de investigación final que nos decubre William Blake:
Ver un mundo en un grano de arena Y un paraíso en una flor silvestre, Abrigar el infinito en la palma de la mano Y la eternidad en una hora.


APÉNDICE I

EL CURSO DE CONTROL MENTAL Y LA ORGANIZACIÓN QUE LO RESPALDA

JOSÉ SILVA

Ahora ya sabe usted de qué se trata en Control Mental y está al tanto de lo que cientos de miles de hombres y mujeres están logrando con él. Obviamente, no es posible relatar todo lo que ha obtenido de este entrenamiento cada uno de los gra­duados, en virtud de que el movimiento está ampliamente difundido y crece con suma rapidez.
Si usted conoce algunos graduados de Control Mental, es probable que haya escuchado una diversidad de comentarios sobre los beneficios que están disfrutando. Algunos lo usan para propósitos de salud, otros lo emplean para ayudarse en sus estudios, otros lo utilizan en sus negocios y en sus relaciones familiares, y muchos, que hablan poco de ello, lo usan para ayudar a otros.
Dada esta diversidad de resultados, es posible que usted se pregunte si el curso difiere ante un conferencista u otro. No, es el mismo en todo el mundo. No obstante las diferencias que existen entre los conferencistas, diferencias como las que espe­raría encontrar, por ejemplo, entre un sacerdote y un ex corre­dor de bolsa, y a pesar de la amplia libertad que se les concede para la presentación del curso, el entrenamiento mental, los ejercicios y los resultados, permanecen idénticos.
Lo que sí difiere son las necesidades personales de aquellas personas que toman el curso. No todo el mundo tiene los mismos problemas, las mismas necesidades. Conforme pasa el tiempo después de la graduación, cada persona tiende a con­centrarse en aquellas partes del entrenamiento que confrontan en forma más directa los problemas que más desean resolver.
Más adelante, cuando surgen otros problemas, se ponen a trabajar las partes del curso que se habían quedado rezagadas. Las técnicas, que nunca se olvidan, se recuerdan con facilidad cuando se necesitan. Usted se dará cuenta de que esto es cier­to cuando haya vuelto a leer y a poner en práctica los ejercicios que aparecen del capítulo 3 al 14, y más tarde cuando los re­pase. No obstante, puede ser que se sienta tentado a decir:
—Bueno, mi problema es este y este, de modo que sola­mente me concentraré en aquello.
El curso, y las partes del mismo resumidas en estos capítulos, se ajustan entre sí en formas significativas que se han puesto a prueba al través de la investigación y la larga experiencia. Una parte aparentemente aislada refuerza a todas las demás, incluyendo aquella que más pueda interesarle a usted.
En mis capítulos se omite parte de lo que usted recibiría si tomara el curso bajo la guía de un conferencista autorizado. Usted podrá preguntarse si esto cambia el curso. Cambiará el curso en dos sentidos: la velocidad con la cual aprenderá todo será considerablemente más lenta; le tomará semanas con el libro, en comparación con las cuarenta y ocho horas que se lleva en un salón de clases de Control Mental. Segundo, existe una trasferencia de energía entre la gente que forma parte de un grupo, y que constituye una parte fundamental de la expe­riencia de ambiente culminante sobre la cual ha leído. No obstante, cuando usted aprenda en forma concienzuda todos los ejercicios a lo largo de los cuales lo he guiado, estará ca­pacitado para hacer todo lo que puede hacer un graduado de Control Mental.
La razón por la cual se eliminaron algunas partes del curso no es la de ocultarle a usted algo en forma deliberada. Se trata simplemente de que se requiere directamente de un conferen­cista entrenado.

Un gran número de graduados descubre que los ejercicios y el entrenamiento mental se refuerzan poderosamente cuando repiten el curso mucho tiempo después de haberlo tomado por primera vez. Se les alienta para que hagan esto (sin costo algu­no), y como resultado de ello entre diez y veinte por ciento de los miembros de una clase típica de Control Mental está repi­tiendo el curso. Si usted toma el curso, su primera ocasión será una experiencia más profunda gracias a su dominio de las téc­nicas que aparecen en este libro.
A continuación presentamos un resumen de todo lo que recorren los estudiantes de Control Mental en sus clases:

MAÑANA DEL PRIMER DÍA

9:00 Se inicia con una conferencia para proporcionar una presentación preliminar del curso completo.
10:20 Descanso para tomar café.
10:40 Preguntas, respuestas y discusión. Después una expli­cación preliminar detallada de la primera sesión de meditación.
11:30 El conferencista lleva a los estudiantes por vez pri­mera a un nivel mental meditativo o nivel Alfa. Ellos pueden moverse o rascarse si lo desean, aunque en este y en los niveles más profundos el cuerpo requiere menos atención al relajarse cada vez más, en especial cuando se proyecta al "sitio ideal de relajación".
12:00 Descanso para tomar café.
12:20 El conferencista conduce a los estudiantes una vez más a la meditación, a un nivel más profundo, pero to­davía dentro de los límites de Alfa.
12:50 Preguntas y respuestas y un intercambio general de
experiencias por parte de los estudiantes. 1:00 Descanso para almorzar.

TARDE DEL PRIMER DÍA

2:00 El conferencista analiza los Elementos fundamentales de la materia: (atómico, molecular y celular) y la evo­lución del cerebro humano. Se expone con detalle la necesidad de realizar una "limpieza mental" (capí­tulo 8).
3:20 Descanso para tomar café.
3:40 Se explica con detalle la tercera sesión de meditación, con una forma más rápida para alcanzar el nivel Alfa.
4:10 Los estudiantes entran a un nivel mental todavía más profundo y alcanzan una relajación física aún mayor.
4:40 Descanso para tomar café.
5:00 La cuarta sesión de meditación refuerza las tres ante­riores y prepara un avance de la siguiente, en la que la Meditación Dinámica empieza con las técnicas para la resolución de problemas.
5:30 Los estudiantes, muchos de ellos más relajados ahora de lo que jamás lo habían estado, comparten sus experiencias y plantean preguntas.
6:00 Descanso para cenar.

VELADA DEL PRIMER DÍA

7:00 Se describen tres técnicas para la resolución de pro­blemas: cómo dormir sin tomar drogas, cómo desper­tar a tiempo sin despertador, y cómo vencer la som­nolencia y la fatiga. A continuación se discute el tema.
8:20 Descanso para tomar café.
8:40 Durante la quinta sesión de meditación el conferen­cista ayuda a los estudiantes a aprender estas técnicas mientras se encuentran a nivel Alfa y a nivel Theta.
9:10 El conferencista presenta la agenda para el segundo día, y después describe las técnicas de Control Men­tal para programar sueños y controlar jaquecas y do­lores de cabeza producidos por la tensión. A conti­nuación se plantean preguntas y respuestas. 10:10 Descanso para tomar café.
10:30 La sexta sesión de meditación pone fin a un día en el cual los estudiantes han aprendido a meditar a ni­veles mentales profundos y a usar estos niveles para relajación y resolución de problemas.

MAÑANA DEL SEGUNDO DÍA

9:00 El conferencista describe en forma breve las activi­dades del día y explica la manera de crear y utilizar la Pantalla Mental (capítulo 3). Después el confe­rencista hace una demostración de su dominio de las Claves para la Memoria. (Capítulo 5).
10:20 Descanso para tomar café.
10:40 Se explica el Ejercicio para la Memoria y se analiza con detalle la siguiente sesión de meditación.
11:00 La séptima sesión de meditación, a lo largo de la cual, por medio del Aprendizaje Acelerado (capítulo 6), los estudiantes empiezan a memorizar las Claves para la Memoria y a crear sus Pantallas Mentales.
11:40 Descanso para tomar café.
12:00 Durante una breve conferencia, los estudiantes apren­den la Técnica de los Tres Dedos y la manera de emplearla para mejorar la memoria (capítulo 5) y para el Aprendizaje Acelerado (capítulo 6).
12:15 La octava sesión de meditación condiciona a los alum­nos para la Técnica de los Tres Dedos y los enseña a utilizarla. La segunda mañana llega a su fin con pre­guntas y respuestas y una evaluación general acerca de lo que se ha logrado. 1:00 Descanso para comer.

TARDE DEL SEGUNDO DÍA

2:00 La segunda tarde se inicia con una explicación de una de las técnicas fundamentales de la Meditación Diná­mica para la resolución de problemas: el Espejo de la Mente, que constituye una utilización de la Pan­talla Mental. Además de esto, se analiza un ejercicio de profundización, Levitación de Mano, y un método para controlar el dolor, la Anestesia de Guante. A continuación sigue un periodo de preguntas.
3:20 Descanso para tomar café.
3:40 Otro periodo de preguntas y respuestas, seguido por la novena sesión de meditación, a lo largo de la cual los estudiantes aprenden la técnica del Espejo de la Mente. A continuación sigue una discusión general.
4:40 Descanso para tomar café.
5:00 La décima sesión de meditación es la más profunda hasta el momento. En estos niveles más profundos se refuerzan las Claves para la Memoria, y los estu­diantes practican los ejercicios de Levitación de Mano y de Anestesia de Guante. El periodo de discusión es más bien un intercambio de experiencias.
6:00 Descanso para cenar.

NOCHE DEL SEGUNDO DÍA

7:00 En una conferencia especulativa se exploran diversas creencias y algunas investigaciones en relación con la reencarnación. Se explica la técnica del Vaso de Agua como un método para activar los sueños de reso­lución de problemas.
8:20 Descanso para tomar café.
8:40 Después de un periodo breve de preguntas, los estu­diantes aprenden la técnica del Vaso de Agua.
9:10 El conferencista explica la manera de utilizar Con­trol Mental para deshacerse de hábitos indeseables (capítulo 9).
9:40 Descanso para tomar café.
10:00 El conferencista hace una presentación preliminar de los trabajos para el tercer día, y después de un breve periodo de preguntas y respuestas, empieza con la decimoprimera sesión de meditación para el control de los hábitos. Finalmente, con un graduado de Con­trol Mental, puede realizar una demostración de la manera en la que se llevarán al cabo casos de rehabi­litación el cuarto día. Los estudiantes salen relajados y con una creciente sensación de bienestar.

MAÑANA DEL TERCER DÍA

9:00 Este día memorable se inicia con una discusión acerca de las muchas diferencias que existen entre Control Mental y la hipnosis, particularmente con respecto a la dimensión espiritual en la cual están a punto de funcionar los estudiantes. Preguntas y respuestas.
10:20 Descanso para tomar café.
10:40 Se les comunica a los estudiantes que están a punto de funcionar psíquicamente y que como primer paso se proyectarán mentalmente del sitio en el que se encuentran a su propia sala, y después al interior de la pared sur en esta habitación. (Capítulo 12).
10:55 A un nivel meditativo particularmente profundo los estudiantes experimentan en forma vivida la Proyec­ción Sensorial Efectiva a su sala y al interior de la pared sur de esa sala.
11:40 Descanso para tomar café, durante el cual los estu­diantes, con creciente emoción, se familiarizan con cubos de metal. (Capítulo 12).
12:00 El conferencista explica que los estudiantes se pro­yectarán mentalmente al interior de cubos de metal para establecer puntos de referencia. En su decimo­tercera sesión de meditación ellos experimentan el color de los metales, su temperatura, su olor y su soni­do cuando son golpeados. A esto le sigue un animado intercambio de experiencias. 1:00 Descanso para comer.

TARDE DEL TERCER DÍA

2:00 El conferencista analiza dos nuevas experiencias que aguardan a los estudiantes: la proyección dentro de plantas vivientes y el desplazamiento deliberado hacia adelante y hacia atrás en el tiempo. Esto viene seguido de una exploración más profunda en las implicacio­nes de Control Mental.
3:20 Descanso para tomar café.
3:40 Se explica la decimocuarta sesión de meditación. Du­rante ella los estudiantes visualizan un árbol frutal en las distintas estaciones, y después se proyectan mentalmente dentro de sus hojas. A continuación si­gue un intercambio de experiencias.
4:40 Descanso para tomar café.
5:00 El conferencista hace una presentación preliminar de otro paso fundamental hacia adelante: la proyección dentro de un animal viviente.
5:15 Durante la decimoquinta sesión de meditación, los es­tudiantes visualizan un animalito casero y se proyectan mentalmente en su interior. Las sensaciones que ten­gan al entrar dentro de los órganos del animal pronto resultarán de utilidad como puntos de referencia en los casos de rehabilitación. La discusión que sigue es con frecuencia la más animada hasta el momento.
6:00 Descanso para cenar.

NOCHE DEL TERCER DÍA

7:00 Una conferencia prepara a los estudiantes para el funcionamiento clarividente objetivamente verificable, mismo que practicarán el día de mañana. El primer requisito consiste en un laboratorio completamente equipado. (Capítulo 12).
8:20 Descanso para tomar café.
8:40 Se insta a los estudiantes a ejercitar la libertad de su imaginación en la creación de su laboratorio y los instrumentos que este contenga. Durante la decimo­sexta sesión de meditación se crea mentalmente el laboratorio. En la mayor parte de los casos este per­manece básicamente sin modificaciones años después del curso, y se convierte en algo tan familiar para el estudiante como su propia sala. A continuación sigue un animado intercambio de experiencias y descripción de los laboratorios.
9:40 Descanso para tomar café.
10:00 Antes del gran día que se avecina, los futuros psíqui­cos necesitarán a sus consejeros para hacerles consul­tas en el laboratorio. El conferencista explica la mane­ra de evocar o crear a los consejeros, y después respon­de a las preguntas de los estudiantes.
10:15 La decimoséptima sesión de meditación es memora­ble: aparecen dos consejeros en el laboratorio, en donde estarán a la disposición del estudiante siempre que este los necesite.
10:45 La última discusión del día está pictórica de exclama­ciones mientras los estudiantes comparten sus pinto­rescas experiencias. Muchos de ellos están sorprendi­dos de la identidad de sus consejeros; otros habrán tenido genuinas experiencias psíquicas.

MAÑANA DEL CUARTO DÍA

9:00 El día se inicia con una conferencia relacionada con la curación psíquica y la curación por medio de ora­ciones, una presentación preliminar de los trabajos que se avecinan y una discusión general.
10:20 Descanso para tomar café.
10:40 En un estado profundo de meditación los estudian­tes, con la ayuda de sus consejeros, examinan la ana­tomía del cuerpo de un amigo o pariente para esta­blecer, por vez primera, puntos de referencia en el cuerpo humano.
11:40 Descanso para tomar café.
12:00 Durante la decimonovena y última sesión de medita­ción de grupo, los estudiantes terminan el examen psíquico de su amigo o pariente. 1:00 Descanso para comer.

TARDE Y VELADA DEL CUARTO DÍA

2:00 El conferencista proporciona a los estudiantes ins­trucciones detalladas sobre la manera de realizar los estudios de casos de rehabilitación y, en parejas, ellos empiezan a trabajar. Al principio en forma incierta, después con creciente confianza, y finalmente con la estimulante comprensión de que han recibido con éxito un entrenamiento que les permite recurrir a la Inteligencia Superior y funcionar psíquicamente en el momento en el que así lo deseen.
Es probable que al leer lo anterior se haya sorprendido ante la frecuencia de los descansos para tomar café. En realidad se consume muy poco café. Estos descansos tienen varias funciones importantes en el entrenamiento. Una de ellas es la de dar tiempo a los estudiantes para que reflexionen sobre lo que han experimentado. Otra consiste en proporcionarles el tiempo su­ficiente para que, en un ambiente informal, se familiaricen entre sí. Esto forma parte de la manera en la que se desarrolla un poderoso espíritu de grupo, una energía psíquica colectiva que crece conforme avanza el curso, y contribuye a la confianza y al éxito de todos. También permite que los estudiantes estiren las piernas y vayan al baño. Por último, y sin restarle impor­tancia, les permite regresar al nivel Beta, cosa que intensifica las sesiones posteriores de meditación. Por esta razón, muchos conferencistas llama a los descansos para tomar café "descan­sos Beta".
El material de las conferencias está elaborado en gran parte por los mismos conferencistas, con base en los bosquejos pro­porcionados por la oficina central ubicada en Laredo. Ellos recurren en gran medida a sus propios antecedentes y expe­riencias. Sin embargo, todos los ejercicios e instrucciones que los estudiantes escuchan a lo largo de las sesiones de medita­ción se presentan palabra por palabra como yo mismo los preparé.
Una vez que los estudiantes se gradúan, pueden tomar un curso para graduados con una duración de tres días, impartido por el doctor Wilfrid Hahn (Director de Investigación), Harry McKnight (Director Asociado), James Needham (Director de Entrenamiento para Graduados), o por mí mismo. Este curso expone los fundamentos intelectuales del entrenamiento de Con­trol Mental y proporciona algunas técnicas adicionales.
Algunos centros de Control Mental organizan "sesiones de trabajo" de su propia creación. Unos se concentraron en los estu­dios de rehabilitación, otros en el mejoramiento de la memoria, la comunicación subjetiva, la curación, y la estimulación de la creatividad.
Algunos graduados integran organizaciones caseras y se reú­nen con regularidad en los hogares de los miembros para llevar al cabo exploraciones en las técnicas de la meditación.
La organización de Control Mental es relativamente sencilla. El Institute of Psychorientology, Inc., es la casa matriz. El curso se imparte por Silva Mind Control International, Inc., en 35 naciones. Una de sus divisiones, Silva Sensor Systems, fabrica cintas, auxiliares educacionales y equipo de investigación a disposición de estudiantes y graduados, y administra la librería Mind Control Bookstore. El Institute of Psychorientology, Inc., publica un boletín de noticias para los graduados y organiza convenciones, cursos para graduados, seminarios y sesiones de trabajo. La investigación de Control Mental se lleva al cabo por conducto de Psychorientology Studies International, Inc., una organización no lucrativa. SMCI Programs, Inc se concen tra en la difusión de seminarios de relajamiento alguno de los cuales utilizan la retroalimentación adaptada


APÉNDICE II

CONTROL MENTAL SILVA Y EL PACIENTE PSIQUIÁTRICO

DR. CLANCY D. MCKENZIE y DR. LANCE S. WRIGHT


En noviembre de 1970 asistimos a una clase de Control Mental Silva en Filadelfia porque sentíamos curiosidad en rela­ción con algunas de las cosas que se le atribuían. Conforme el curso avanzaba, nos percatamos de que había tres personas que definitivamente estaban alteradas desde el punto de vista emocional y una cuarta persona cuya estabilidad estaba en duda. ¿Cuál era la razón? ¿Precipitaba el curso las enfermedades emocionales? ¿Habían estado enfermos cuando se inscribieron? ¿Se sentían atraídas al curso las personas alteradas?
Analizamos las posibilidades con nuestros colegas, y muchos de ellos especularon en el sentido de que el curso podía preci­pitar la psicosis aguda en individuos inestables. Esto parecía plausible. Por lo general se acepta la idea de que cualquier cosa que facilita la regresión puede producir una psicosis aguda en una persona propensa a este padecimiento. La privación sen­sorial y las drogas alucinógenas pueden producir un comporta­miento parecido al psicótico, e incluso técnicas tales como la retroalimentación biológica y la hipnosis pueden también al­terar la psique. La mayor parte de los psicoanalistas no reco­miendan el psicoanálisis formal en el diván para el paciente en psicosis porque produce una regresión más acentuada. To­davía no se determina la magnitud de este riesgo, pero se ha dicho que todos estos procedimientos han terminado en psicosis.
En 1972 dos mil alumnos de una secundaria de Filadelfia se sometieron al entrenamiento de CMS sin que hubiera víctimas psiquiátricas, según informes de un funcionario escolar responsa­ble. Esto despertó nuestra curiosidad en otro sentido. Como los adolescentes ya se encuentran en un estado de inestabilidad del ego, se pusieron en tela de juicio los rumores que afirmaban que el curso era peligroso para los individuos inestables. Nues­tro dilema se agravó. Nosotros observamos a tres individuos alterados en un grupo de 30 y no sabíamos si habían mejo­rado o empeorado. Había algunos miembros de la comunidad científica que sostenían que un gran número de individuos se volvían psicopáticos. El estudio realizado en la secundaria indicaba que este no era el caso. De hecho, algunos de nuestros propios pacientes, incluso algunos severamente alterados, ha­bían tomado el curso y parecían haber obtenido extraordina­rios beneficios de él. Se realizó un repaso de la literatura al respecto y se encontraron opiniones, pero ningún estudio como tal.
Estaba claro que el único modo de proceder consistía en evaluar y someter a prueba a los individuos antes y después del entrenamiento del curso. A lo largo de los siguientes cuatro años, 189 de nuestros pacientes psiquiátricos se sometieron vo­luntariamente al entrenamiento de Control Mental Silva mien­tras se encontraban bajo terapia. Se puso especial atención a un grupo de 75 pacientes a quienes se les había diagnosticado en franca psicosis, dudosos, o psicosis en remisión, antes de ins­cribirse en el curso. A este grupo se le denominó el grupo seve­ramente alterado. En algún momento de su vida 60 de ellos habían padecido psicosis o habían estado hospitalizados.
Los 75 miembros incluían a todos los del grupo severamente alterado que habían formado parte de la clientela de McKenzie a lo largo de los últimos cuatro años y que estuvieron de acuer­do en asistir al curso de CMS (66 pacientes), y un grupo mues­tra que había formado parte de la clientela de Wright a lo largo de los últimos cuatro años (9 pacientes). Hubo siete pa­cientes severamente alterados que se rehusaron a asistir, incluso cuando se les ofreció el curso en forma gratuita. No estaban más alterados que los que sí asistieron. Aquellos que asistieron incluían a los más alterados. Los que se negaron sencillamente tenían la tendencia a ser más rígidos e inflexibles en sus ideas. Supuestamente no representarían ser personas que podrían meterse en problemas durante el curso, porque en primer lugar había pocas probabilidades de que lo tomaran.

Inicialmente, los pacientes del grupo severamente alterados eran enviados al curso uno a la vez y con gran precaución. Durante la parte inicial del estudio se enviaba a los pacientes durante un periodo de remisión. Empero, conforme el estudio progresaba los pacientes eran enviados durante periodos menos estables de su enfermedad. Hacia el final del periodo de cuatro años, 17 fueron enviados mientras estaban en un periodo acti­vamente psicótico y alucinatorio, y en ocasiones 10 pacientes o más tomaban el curso a la vez.
Además del tratamiento psiquiátrico que llevaban y de la evaluación, a 58 de los 75 pacientes se les aplicó el cuestionario Experiential World Inventory antes y después del curso. El EWI es un cuestionario compuesto de 400 preguntas formuladas para medir la percepción de la realidad. Los doctores El-Meligi y Osmond, autores del cuestionario, trataron de poner el con­cepto de las láminas de Rorschach en la forma de preguntas y respuestas, y llegaron a un test sensitivo para el individuo mar­ginado.
El propósito primordial de nuestro estudio consistía en des­cubrir cuáles pacientes podrían alterarse más con el entrena­miento del curso. En ese sentido los resultados fueron sorpren­dentes porque solamente un paciente se volvió notablemente más alterado después del curso. Se trataba de un paciente catatónico esquizofrénico de veintinueve años de edad que se alteró dos semanas después del curso cuando dejó de tomar sus medi­camentos y empezó a salir con chicas por primera vez en su vida. También era el único paciente que había obtenido resul­tados notablemente peores en el EWI después del curso. No requirió de hospitalización.
Otros dos pacientes, uno que había sufrido una depresión psicótica y otro una depresión involutiva, manifestaron una intensificación en la depresión después del curso, quizá en contraste con la forma en la que se habían sentido durante el entrenamiento. Su sensación de animación a lo largo del curso constituía un contraste marcado con su estado depresivo, y la experiencia resultó parecida al hecho de quitarle un dolor de cabeza a una persona que lo había padecido toda su vida. Si el dolor se volvía a presentar se hacía más notable. Sin embargo, estos pacientes sí obtuvieron mejores resultados en el EWI después del curso, y lograron hacer uso del entrenamiento. El paciente depresivo involutivo pudo usar la programación de Control Mental esa misma semana y funcionar con menos an­siedad en su trabajo; y la persona con la historia de depresión psicótica logró hablar de ciertas cosas que había sido incapaz de enfrentar previamente en las sesiones de terapia.
Otros veintiséis pacientes deprimidos, incluyendo tipos involutivos, psicóticos, esquizoafectivos y maniacodepresivos, se mostraron mucho menos deprimidos después del curso y no ma­nifestaron efectos dañinos.

Una mujer informó que había experimentado una sensa­ción repentina de tristeza durante una de las relajaciones. Un hombre, que no estaba incluido en los 75, abandonó el curso después del segundo día porque había percibido escenas retros­pectivas de experiencias desagradables sufridas en Vietnam. No se pensó que su condición fuera peor que la que había tenido al empezar, pero no regresó para someterse a una evaluación posterior. (La relajación pone a las personas en contacto con los sentimientos. Por lo general se generan sentimientos de afecto y amor, en virtud de que el estado de ánimo del grupo es alegre y el enfoque es positivo. Pero en ocasiones poco fre­cuentes las personas evocan tristeza y recuerdos infelices).
Otro paciente más (que no formaba parte del grupo severa­mente alterado) tenía miedo de las cosas que se harían en el último día del curso, y después de tener una pesadilla, no asis­tió al último día.
Un hombre paranoico esquizofrénico, de treinta años de edad, manifestó una gran vivacidad, que se acercaba a propor­ciones ciclotímicas, después del curso. Puso en práctica diversas técnicas de Control Mental para determinar qué era lo que iba a hacer con el resto de su vida, y dedicó muchas horas a verifi­car las posibilidades de los sueños programados. Esto se consi­deró como un aumento en las defensas compulsivas. No obs­tante, como resultado del incremento en su actividad, se sintió capacitado para regresar a la escuela para obtener un Doctora­do en Filosofía. También logró analizar un sistema alucinato­rio que había experimentado años atrás, cuando pensó que había sido enviado telepáticamente en una misión para asesinar a alguien. Si no hubiera tomado el curso, es posible que esto jamás hubiera surgido y nunca se hubiera resuelto.
En comparación con los efectos negativos relativamente es­casos y secundarios del curso, se requeriría de un libro completo para describir los efectos y resultados positivos. El descubri­miento más consistente fue uno que no habíamos estado buscando y que no esperábamos. En casi todos los casos se produjo un incremento en la percepción de la realidad. De los 58 indi­viduos que tomaron el EWI, uno empeoró en forma apreciable, 21 permanecieron aproximadamente igual, y 36 manifestaron un aumento impresionante en la percepción de la realidad. De los 21 que permanecieron aproximadamente igual, 15 obtuvie­ron resultados en una dirección saludable.
Los resultados promedio de las primeras 20 mujeres que tomaron el curso se enviaron al doctor El-Meligi, coautor del cuestionario EWI, Él elogió los cambios extraordinarios que tu­vieron lugar después del entrenamiento de Control Mental Sil­va y dijo que en algunas categorías los resultados obtenidos antes y después del curso eran semejantes a los de una persona durante un viaje desagradable de LSD y después de este (véanse las gráficas A y B). En cada una de las once categorías se pro­dujo una mejoría consistente. Los resultados individuales fue­ron más impresionantes (gráficas E, F y G). Los resultados mixtos del 50 por ciento de los hombres y mujeres que mejo­raron en mayor grado aparecen indicados en las gráficas C y D. Se considera que ninguna psicoterapia convencional podría pro­ducir tantos cambios en una semana; de hecho, podría haber requerido de meses o años de terapia.
Los resultados de una mujer paranoica involutiva cambiaron tanto con el curso de una semana como habían cambiado en otra ocasión con once tratamientos de electrochoques y doce semanas de hospitalización. Después del curso de una semana de duración, logró abordar por sí misma un autobús por pri­mera vez en cuatro años.
Otra mujer, que era esquizofrénica paranoica y agudamente alucinatoria, conservó algunos de sus pensamientos alucinatorios después del curso, pero logró ponerse a nivel de Control Mental en repetidas ocasiones para analizar estos pensamientos y en cada ocasión llegó a una ideación clara y racional.
Otra mujer, con una aguda reacción esquizofrénica se mos­tró excesivamente alterada para resolver el EWI. Se le dio la oportunidad de elegir: tratamiento de choques o Control Men­tal. Al final del curso se produjo una mejoría clínica, y no solo logró resolver el EWI, sino que obtuvo resultados bastante buenos en él.

Otra mujer más, una hipocondríaca con una historia de veinte operaciones, estaba a punto de someterse a otra. Mientras los especialistas en medicina interna estaban examinando to­davía su corazón y sus riñones, ella utilizó una técnica de Con­trol Mental para programar un sueño que le diagnosticó una obstrucción intestinal en la confluencia ileocecal. Descubrió por el mismo sueño que ella misma había producido la obs­trucción, la manera en la que lo había hecho y la razón por la que lo había hecho. Las técnicas de Control Mental la capa­citaron para aliviar la obstrucción en una forma repentina e inexplicable una hora después de que el diagnóstico fue con­firmado en el hospital quirúrgico. La ubicación exacta de esta obstrucción fue confirmada con los registros de operaciones previas.
Otra mujer excesivamente distraída, de veintiún años de edad tenía tendencias suicidas muy peligrosas y se encontraba en las etapas iniciales de una psicosis aguda. La paciente nos había asegurado que no había nada que pudiéramos hacer para ayudarla, y que era muy probable que ella sencillamente se matara. La enviamos al curso de Control Mental bajo una vigi­lancia esmerada. Para nuestra sorpresa, se volvió notablemente calmada, más racional, sus procesos de pensamiento ya no iban en todas las direcciones a la vez, y era menos pesimista. Una hospitalización y elevadas dosis de medicamentos no podrían haberla calmado hasta ese grado. Ella repitió el curso dos sema­nas después y volvió a mejorar. Había cambiado para bien en una forma extraordinaria.
Otro individuo más, alucinatorio en exceso, quien pensaba que podía encoger a la gente, tomó el curso mientras estaba hospitalizado, y regresaba cada día al hospital. Aunque siguió pensando que podía encoger a la gente, se había calmado en forma notable, manifestó una mejoría en el afecto, otras partes del sistema alucinatorio empezaron a desaparecer, y ya no pa­saba horas rumiando sobre el significado de parábolas simples. Tomó el curso durante su sexta semana de hospitalización, y los cambios fueron más notables que a lo largo de las cinco semanas previas. (Ver gráfica E).
Una mujer paranoica involutiva volvió a ser una persona normal después del curso. Varios individuos más adquirieron un mejor entendimiento de sus enfermedades como resultado de ciertas porciones del curso.
Desde el punto de vista clínico, el grupo severamente alte­rado en conjunto manifestó un cambio impresionante. Solamente uno de sus miembros se alteró más. Todos los demás se bene­ficiaron hasta cierto grado con el entrenamiento. Se produjo un incremento en la energía emocional después del curso y una mejoría en el afecto. Muchas personas con afecto apagado manifestaron entusiasmo por primera vez. Tenían una pers­pectiva más positiva de su futuro, y algunos adquirieron un mejor entendimiento de sus procesos psicóticos. Incluso algunos que conservaron el efecto alucinatorio lograron evaluar su ideacíón en el "nivel de Control Mental" y llegar a la lucidez y la comprensión.
Se produjo una mayor relajación y una disminución de la ansiedad. Los pacientes aprendieron a depender de sus propios recursos internos para comprender, enfrentar y resolver pro­blemas, y el ser capaces de hacerlo les proporcionó una mayor confianza en sí mismos.
Algunos de los pacientes que habían padecido psicosis des­cubrieron que su enfermedad había intensificado su habilidad para funcionar en un estado alterado de la conciencia, y esto añadió un entendimiento de su prolongada enfermedad y dio significado a su vida.
Los pacientes neuróticos (114 de ellos) no manifestaron efec­tos negativos desde el punto de vista clínico. Seis de ellos toma­ron el EWI. Sus resultados mejoraron, pero no tanto como los del grupo severamente alterado, en virtud de que sus primeros resultados ya se encontraban muy cerca del extremo saludable de la escala. Invariablemente, los pacientes neuróticos parecie­ron beneficiarse con el entrenamiento de CMS. Aquellos que continuaron la práctica de las técnicas después del entrenamien­to lograron alterar su vida en gran medida, e incluso los que no practicaban las técnicas con constancia pudieron utilizarlas en momentos de crisis personales: cuando tenían que enfrentar tensiones o se veían obligados a tomar decisiones de importan­cia. Para todos pareció constituir una experiencia de expansión mental, una revelación de que podían usar su mente de nuevas maneras. El entusiasmo del grupo se intensificó hacia el final del curso, y la mayor parte de las personas experimentó un nivel emocional más elevado y más positivo.
En general, tanto el grupo neurótico como el grupo psicótico mejoraron después del curso, como se demostró en un examen psicológico y según se determinó en forma clínica. Solamente uno de los 189 pacientes empeoró en forma apreciable.

II

Los datos de cualquier investigación se deben evaluar a la luz de todas las condiciones presentes, las pruebas y criterios utilizados, y el cuidado con el que se lleva al cabo el estudio. Por consiguiente, trataremos de señalar todos los factores de los que estamos conscientes y que pudieron haber influido en el resultado.
Desde el punto de vista de la investigación, nosotros que­ríamos saber cuál era el efecto que el entrenamiento tenía sobre los individuos alterados. Como médicos, deseábamos que todos nuestros pacientes se aliviaran. Esto indudablemente tuvo al­guna relación con el resultado, ya que ellos seguramente lo percibieron. Nosotros tenemos la creencia de que nuestro opti­mismo influyó de alguna manera; esto constituye una parte integrante de nuestro esfuerzo terapéutico cotidiano.
Al principio, con algunos de los pacientes psicopáticos espe­ramos hasta que estuvieran bien estabilizados antes de enviarlos al curso, pero con el tiempo los pacientes fueron enviados en estados agudos.
Se pensaba que el test EWI era un indicador sensible de la percepción de la realidad, y nosotros descubrimos que los resul­tados correspondían a los descubrimientos clínicos. El doctor El-Meligi confirmó que nuestras observaciones clínicas eran com­patibles con los cambios reflejados por las escalas del EWI. El único paciente que se volvió más alterado en forma apreciable fue el único cuyos tests empeoraron en forma notable. Los indi­viduos cuyos tests mejoraron en forma extraordinaria también manifestaron consistentemente una notable mejoría clínica.
Los autores del EWI creen que el test se puede repetir y se puede aplicar una y otra vez. Inicialmente, nosotros no aplica­mos el test para ver si alguno de los cambios observados se rela­cionaba con algún factor de repetición. Tratamos de aplicar el test la semana anterior al entrenamiento y la semana siguiente, pero esto no siempre se pudo llevar al cabo. Más recientemente, en siete casos el test se aplicó dos veces la semana anterior y una vez la semana siguiente, para determinar si existe algún factor por la repetición. La proporción de respuestas "equivocadas" en los tres tests fue de 100:92:65. En consecuencia, la diferencia entre los dos primeros tests fue nominal en comparación con el cambio producido después del entrenamiento de CMS.

El hecho de que había un gran número de respuestas espe­radas después del entrenamiento, pero no necesariamente antes de él, que obtendrían puntos negativos, equilibra cualquier factor de repetición. Por ejemplo, dos de las preguntas fueron: "¿Puede usted leer la mente de las personas?" y "¿Ha tenido alguna experiencia religiosa recientemente?" Una respuesta afir­mativa a cualquiera de las dos preguntas anteriores obtiene un punto negativo.
El curso enseña a las personas a funcionar psíquicamente, la mayor parte de las personas se convence de que experimenta la PES; y para algunos la experiencia es casi religiosa. En conse­cuencia, esperaríamos un desempeño más deficiente después del curso, en lugar de un desempeño superior.
Para resumir la fiabilidad del EWI, un factor de repetición era nominal y quedaba equilibrado por otro factor que ocasio­naba un empeoramiento en los resultados. Se pensaba que el test era sensible y confiable, y los resultados correspondieron a la evaluación clínica así como a la manera de sentir de los pacientes desde el punto de vista subjetivo.
Para los fines del estudio decidimos que cualquier persona que se alterara dentro de un lapso de tres semanas después del curso sería considerado como una pérdida, existieran o no otros factores que hubieran contribuido a la enfermedad.
Al observar a cualquier grupo de 75 pacientes seriamente alterados a lo largo de un periodo de tres semanas, podríamos esperar que uno o más resultara más alterado. Esto podría suce­der incluso si se encuentran en tratamiento y no se les somete a una experiencia regresiva. El hecho de que todos los pacien­tes se encontraron en tratamiento cuando se realizó el estudio, y de que en ciertos momentos se les proporcionaran instruccio­nes y se les diera confianza, indiscutiblemente constituyó un apoyo y quizá evitó las enfermedades. Pero tenemos la creencia de que esta terapia de apoyo no logró explicar por sí misma los extraordinarios cambios positivos que tuvieron lugar.

III

Nuestra experiencia nos dice que la enfermedad psicótica aguda tiene su origen en los primeros años de la vida, cuando existe una relación patológica madre-hijo en los primeros dos años de vida, y esta relación con frecuencia se ve reforzada por un trauma subsecuente. Esta predisposición requiere de un fac­tor precipitante en la situación que vive la persona más ade­lante, y este factor hace que sufra una regresión y que vuelva a experimentar los sentimientos y la realidad del pasado dis­tante. Por lo general el factor precipitante es un rechazo severo o la separación de una persona importante. La causa proviene de los primeros años. El factor precipitante es actual. Además de esto es posible que contribuyan mecanismos adicionales tales como drogas alucinógenas, contacto con la familia original, y otros procesos que fomentan la regresión. En consecuencia establecemos una diferencia entre /) origen o predisposición, 2) factor precipitante, y 3) mecanismos que contribuyen. La psi­cosis se puede comparar con la mayor parte de los procesos naturales que tienen un origen, un mecanismo activador y me­canismos que contribuyen.
Todos los psicopáticos que hemos atendido se enfermaron como resultado de un rechazo, una separación, la amenaza de una pérdida (real o imaginaria), una disminución en la aten­ción, etcétera, que hizo surgir un temor inconsciente a ser abandonados. En varios cientos de pacientes de psicosis tra­tados a lo largo de los últimos diez años, los autores no pue­den recordar a ninguno que no experimentara un grado relativo de pérdida o separación, aunque solamente fuera implícito. El enfermo catatónico de veintinueve años de edad que em­peoró durante el estudio, por ejemplo, tenía conflictos con su madre, quien, pensaba él, desaprobaría sus salidas con chicas. Esto sirvió como causa precipitante y activó la regresión a la primera edad, cuando él percibía la desaprobación como aban­dono y muerte inminentes.
Si el curso de Control Mental Silva produjera psicosis en un individuo, estaría actuando como mecanismo contribuyente, cosa que tendría que estar combinada con una causa precipi­tante en una persona vulnerable. No podemos recordar el haber visto algún paciente cuyo proceso psicótico se hubiera producido tan solo por un mecanismo contribuyente. Aunque no ponemos en duda el que esto sea posible, debe de ser relati­vamente raro.

IV

¿Qué es Control Mental Silva?
Control Mental Silva es un curso que consiste de treinta horas de conferencia y diez horas de ejercicios mentales. Los ejercicios mentales no se limitan a enseñar a las personas a rela­jar la mente y el cuerpo, como lo hacen otros medios tales como la retroalimentación biológica y la Meditación Trascendental, sino que va un paso más allá. Enseña a las personas la manera de funcionar mentalmente cuando se encuentran en un estado relajado.
El curso completo consiste de técnicas para usar la mente de maneras benéficas. Después de haber experimentado esto nosotros mismos y de haber visto en persona el uso que otras personas hacen de ello, no tenemos la menor duda acerca de la capacidad superior de la mente para funcionar cuando la per­sona está usando técnicas específicas en un estado relajado alerta. Es similar al estado que Sigmund Freud describió en su estudio relativo a la acción de escuchar; se parece al estado al que entraba Brahms para crear sus composiciones, o al esta­do que describió Tomás Edison para concebir nuevas ideas.
El curso enseña un método rápido y sencillo para entrar a este nivel de relajación en cualquier momento. Los estudian­tes practican la visualización, la imaginación, y el pensamiento a este nivel de conciencia, hasta que aprenden a funcionar en él mentalmente. Llegan a comprender el uso consciente de una gama más amplia de actividades cerebrales. Obtienen una gama expandida de la conciencia. En lugar de limitarse a sueños ociosos cuando están relajados, son capaces de utilizar su mente con efectividad en ese nivel. En lugar de estar medio dormidos, pueden tener conciencia y capacidad para usar la mente también en ese nivel. En lugar de limitarse a soñar por la noche, pueden usar el estado del sueño para resolver problemas y encontrar res­puestas que la mente es incapaz de dar en otro momento.
Cuando las personas aprenden a funcionar mentalmente en los niveles más profundos de relajación mental y corporal se acentúa la creatividad. La memoria mejora, y las personas están más capacitadas para resolver sus problemas. Desde el estado relajado, pueden dirigir la mente para que haga lo que ellos deseen, y en consecuencia se facilita el control de hábitos tales como el de fumar.
La práctica prolongada en el nivel relajado también tiene un efecto sobre los procesos del pensamiento en la vida coti­diana, v. g., las personas tienen acceso a su "nivel" sin estar en él, como un músico que ya no necesita concentrarse en la músi­ca para saber cuándo se toca una nota equivocada.

La mente posee grandes capacidades, pero en su nivel nor­mal de funcionamiento recibe el bombardeo constante de diver­sos estímulos a la vez: pensamientos, deseos, necesidades, ruidos, luces, presiones, conflictos, tensiones de todas clases; y no cuen­ta con la libertad para dirigir más del diez por ciento de su atención a una sola cosa. En el nivel relajado sí la tiene. Pero por lo común las personas se encuentran en este nivel sola­mente cuando se están quedando dormidas, y no han practi­cado la posibilidad de usar ese nivel. Lo más frecuente es que ni siquiera sepan que existe y que se puede usar.
Una vez que una persona experimenta los resultados obte­nidos de este nivel de conciencia, jamás trata de tomar decisio­nes importantes o de resolver problemas sin usarlo.
Lo más importante en el curso es que enseña a la persona a usar este nivel de la mente. Además de enseñar a las personas a pensar mientras se encuentran en el estado de relajación, el curso imparte técnicas especiales para el control de los hábitos, la resolución de problemas, la realización de objetivos, la memo­rización, el cuidado de la salud, el control del dolor, el control del dormir y de los sueños, etcétera.
Control Mental no es hipnosis; se acerca con más proximi­dad a la autohipnosis. Las personas aprenden a recibir una atención más plena de la mente, quizá debido a que esta ya no recibe el bombardeo de una cantidad excesiva de estímulos, cuando está relajada. Con esta atención más plena, las personas están capacitadas para dirigir a la mente para que haga lo que ellas desean que realice.
Otra parte importante del curso consiste en aprender a re­petirse a sí mismo frases benéficas mientras se está en este nivel de relajación mente-cuerpo. Se piensa que esto tiene un poderoso efecto. El pensamiento positivo siempre resulta valioso, pero el pensamiento positivo en el estado relajado resulta inmensa­mente más valioso.
La última parte del curso trata sobre la parapsicología; casi todas las personas hablan de tener experiencias de PES durante el curso. Esto es hasta tal punto común que Control Mental garantiza un reembolso completo si los estudiantes no sienten que han experimentado la clarividencia el último día.
¿Por qué ayuda Control Mental al paciente que padece una enfermedad mental?
Al iniciar el estudio dejamos de especular sobre la razón por la cual Control Mental podría dañar al paciente que padece una enfermedad mental y volvimos nuestra atención al motivo por el cual lo ayudaba.
No conocemos todas las respuestas, pero pensamos que nos encontramos en una posición más adecuada para especular que aquellos que no han evaluado cuidadosamente a los pacientes antes y después del entrenamiento.
La movilización de la energía puede constituir un factor importante. En "Análisis Terminable e Interminable", Freud dijo que la eficacia de una terapia del futuro puede depender primordialmente de la movilización de energía. Las personas tienen despliegues intensos de energía al final del curso.
/La actitud positiva y el optimismo que se generan en el curso deben de tener un efecto benéfico sobre el paciente. Acaso el decirse a sí mismo frases benéficas mientras se está en el estado relajado sí programe con eficacia la mente de una manera que va más allá del simple pensamiento positivo.

La relajación disminuye la ansiedad y por consiguiente reduce la sintomatología. Una persona no puede estar en un estado relajado de mente y cuerpo y estar excesivamente preocu­pado o en conflictos al mismo tiempo. Se piensa que el funcio­namiento en ese nivel produce el mismo efecto prolongado de la relajación a lo largo del día, como se observa en Medita­ción Trascendental.
El estado de ánimo del grupo de Control Mental es entu­siasta, y las personas experimentan sentimientos más intensos de afecto y amor cuando se encuentran en el nivel relajado. Quizá la energía afectiva juegue un papel importante. Las per­sonas enamoradas por lo general no se molestan por cosas que en otras circunstancias podrían disgustarles.
Como las personas que se encuentran en el estado relajado no tienen tantos conflictos, las antiguas defensas de distanciamiento emocional no son tan necesarias. En consecuencia mejora el efecto. Están más en contacto con sus sentimientos y con la realidad.
Han abarcado una gama más amplia de la actividad cere­bral para probar la realidad. La percepción mejora en el nivel relajado de la mente y el cuerpo, y se incrementa la capacidad para pensar y juzgar con claridad.
Las técnicas especiales ayudan a los pacientes a resolver algu­nos de sus propios problemas, y también pueden programarse de tal manera que la relajación y el bienestar se prolongue a lo largo del día.
El ser capaces de confiar más en sus propios recursos internos les brinda una mayor seguridad. Los terapeutas confían en las respuestas que reciben en el estado alterado, y esto intensifica la confianza de los pacientes.
Se encuentra presente un fenómeno de grupo. El. sentimiento emocional favorable del grupo es contagioso y se trasmite in­cluso a los más alterados.
La parte parapsicológica del curso ayudó a algunos de los pacientes alterados en una manera inesperada. Muchos de ellos, que alcanzaron los planos externos de la mente informaron sobre frecuentes experiencias paranormales que la psicoterapia no explicó. No fue sino hasta que llegaron a la parte parapsi­cológica del curso que lograron comprender. Dentro de los pro­gramas reconocidos de la psicoterapia intensiva se tiene uno que consiste en convertir en consciente aquello que es incons­ciente.
La expansión de la gama de la conciencia y la exploración de los aspectos parapsicológicos de la mente lograron el mismo propósito. Los pacientes se sintieron aliviados al descubrir este aspecto de sus procesos mentales y se dieron cuenta de que era real y aceptable.
Como la enfermedad emocional los ayudó a experimentar fenómenos paranormales, esto añadió significado a su prolon­gada enfermedad y también a su vida.
El terapeuta aprendió a aplicar las técnicas de Control Mental a la psicoterapia, con la cual ayudó todavía más a los pacientes.

VI

RESUMEN Y CONCLUSIONES:

Setenta y cinco pacientes gravemente alterados fueron so­metidos al entrenamiento de Control Mental Silva para deter­minar cuáles eran los pacientes que podrían meterse en difi­cultades. Solamente uno de ellos se alteró más en forma apreciable. El descubrimiento más consistente fue un incremento extraordinario en la percepción de la realidad, según se deter­minó en forma clínica y en pruebas psicológicas objetivas.
Resulta importante observar que se les pidió a todos los pacientes alterados de la clientela de un mismo psiquiatra que asistieran al curso, cosa que significaba que este era un grupo muestra completo de una población de pacientes psiquiátricos. Nadie fue apartado. En consecuencia, los resultados no se apli­can solamente a individuos seleccionados.
Control Mental Silva no es una psicoterapia. Se puede utili­zar como indumento en cualquier psicoterapia, especialmente si el terapeuta está familiarizado con el curso y no siente anta­gonismo hacia sus conceptos. Proporciona al paciente un incre­mento en su capacidad para usar la mente y dedicarse mejor a la terapia a la que esté sometido, sea esta cual fuere.
Los psicóticos han recibido una ayuda hasta tal punto extra­ordinaria en este sentido (por lo menos cuando el paciente se encuentra en tratamiento y el psiquiatra comprende el curso) que ahora el doctor McKenzie insiste en que todos sus pacientes de psicosis asistan al curso mientras estén bajo su cuidado y supervisión.
Debido a la extraordinaria mejoría observada en la mayor parte de los individuos alterados, y como el entrenamiento se puede aplicar a grupos numerosos al mismo tiempo, los auto­res prevén una aplicación como una forma auxiliar de trata­miento en el ámbito del hospital.
Se concluyó que el curso es seguro y potencialmente bené­fico para los neuróticos. Es relativamente seguro y decidida­mente benéfico para el individuo seriamente alterado, cuando este se encuentra bajo el cuidado de un psiquiatra familiarizado con el programa. Tanto los datos psicológicos clínicos como los objetivos demuestran que los beneficios compensan por mucho cualquier efecto negativo.


APÉNDICE III

Introducción

Dr. J. W. Hahn, Director de Investigación Silva Mind Control International

Hasta últimamente los científicos han estado altamente du­dosos sobre informes que afirman que los Yogis han aprendido a regular voluntariamente los latidos del corazón, la temperatu­ra del cuerpo y otros procesos internos corporales que normal­mente se consideran involuntarios. También se han desentendido en su mayor parte de informes sobre sujetos en estado de pro­funda hipnosis (un estado alterado de conciencia) que mediante la sugestión se les hizo efectuar cambios fisiológicos que nor­malmente no se consideran de control voluntario; por ejemplo: producir ámpulas y controlar el ritmo del corazón.
Al establecerse la técnica de la retroalimentación biológica durante los últimos años, el científico ha llegado a reconocer que casi cualquier proceso corporal interno puede ser contro­lado. Las técnicas de la retroalimentación biológica se basan en el principio de que aprendemos a reaccionar correctamente y recibimos inmediatamente la información (retroalimentación), de estar correctos (o hasta qué grado) en nuestra reacción.
Utilizando en los animales las recompensas como un méto­do de retroalimentación, el psicólogo doctor Neal Miller actual­mente en la Universidad de Rockefeller, ha demostrado la posibilidad de lograr cambios en el ritmo del corazón volunta­riamente. El doctor Elmer Green de la Fundación Meimingcr, por otra parte demostró que mediante la retroalimentación biológica los humanos pueden controlar la temperatura de sus manos, haciendo que una esté caliente y la otra fría.
Siguiendo los experimentos del doctor Kamiya, de The Lan-gley Porter Neuropsychiatric Institute, los investigadores de la retroalimentación biológica en experimentos de ondas cerebra­les, han demostrado que estos métodos son efectivos para adies­trar individuos para controlar el ritmo de ondas cerebrales Alfa (8-13 Hz) voluntariamente. Fuera del laboratorio se han usado otras técnicas para controlar órganos corporales internos, como la técnica de la meditación trascendental que trata de producir relajamiento de órganos internos incluyendo el cerebro.
Otro sistema con el cual los sujetos pueden producir relaja­ción y control de ondas cerebrales es el método de Control Mental Silva. Las personas que han tomado los cursos de Con­trol Mental Silva reportan una sensación de profundo relaja­miento y la convicción de poder controlar sus ondas cerebrales. Estas afirmaciones fueron puestas a prueba en 1971 por el doc­tor F. J. Bremner, psicólogo de la Trinity University de San Antonio, Texas. Aparentemente las personas entrenadas de esta manera pueden realmente controlar sus ondas cerebrales y pro­ducir ritmo Alfa a voluntad. Esto se estableció en el estudio que se hizo con un grupo de 20 estudiantes sin entrenamiento que se ofrecieron para un experimento sobre control de ondas cerebra­les. La mitad de estos estudiantes fueron condicionados por un método parecido al sistema Pavlov para acondicionar perros. Es decir, cuando el sujeto escuchaba una señal esto indicaba que una luz estroboscópica produciría una reacción Alfa en el electroencefalógrafo. En poco tiempo la señal auditiva también producía frecuencia Alfa en la lectura EEG del sujeto.
Los otros diez sujetos fueron entrenados por el señor Silva en el Método de Control Mental. Ambos grupos mostraron cambios en el EEG, en el sentido que se esperaba. Es decir, ambos grupos aumentaron el porcentaje de frecuencia Alfa en la lectura de su EEG.
Más adelante se verificó un segundo experimento utilizando sujetos que habían tenido considerable práctica en el método Silva. Estos sujetos podrían iniciar y detener reacciones de fre­cuencia Alfa a voluntad y podían llevar adelante una conver­sación mientras estaban generando el ritmo Alfa. Se hizo otra prueba con estos sujetos que estaban más entrenados. En vista de que estos sujetos habían tenido bastante experiencia en ejer­cicios de PES (detectando casos de anomalías), se tomaron lec­turas de EEG mientras estaban activos en ejercicios de PES. La lectura del EEG también demostró una alta incidencia de frecuencia Alfa.
A juzgar por estos estudios parece ser que el hombre puede ejercitar un alto nivel de control voluntario sobre sus órganos internos. Esto además es cierto respecto al cerebro si aceptamos las reacciones eléctricas de ese órgano como indicativas de su función. Esto también nos sugiere que se necesita bastante más investigación para establecer la correlación de los estados fisio­lógicos y mentales con los procedimientos de entrenamiento que se requieren para desarrollar el control voluntario de los mecanismos psicofisiológicos.

Es posible que esté surgiendo una mejor comprensión del significado del Control Mental Silva de los estudios de la fisio­logía del cerebro según se reportan por el neurobiólogo doctor Rodger W, Sperry y sus colegas en Los Ángeles. Estos científi­cos y otros han desarrollado pruebas clínicas y de laboratorio, que demuestran la existencia de dos clases definidas de con­ciencia funcionando separada pero simultáneamente dentro del cerebro humano. Una de estas conciencias está relacionada con las actividades pensantes referentes a la secuencia y la lógica tal como se requiere en la matemática y en la función de hablar. Desde el punto de vista funcional, esto es un producto del he­misferio izquierdo de la corteza cerebral. El otro tipo de con­ciencia está asociado con el hemisferio derecho y es el que pro­duce el pensamiento espontáneo, intuitivo con la capacidad para apreciar el espacio y la música.
La conciencia relacionada con el hemisferio izquierdo do­mina la mayor parte de nuestra vida diaria y en él se apoyan los sistemas educacionales y las actitudes sociales del mundo occidental. Está orientado hacia lo objetivo y generalmente se asocia con la producción de gran actividad tipo Beta en las ondas cerebrales. La conciencia relacionada con el hemisferio derecho parece ser principalmente subjetiva y recibe atención secundaria en la educación, encontrando su mayor expresión en las artes. Está generalmente acompañada de emanaciones de ondas cerebrales del tipo Alfa ó Theta.
Control Mental Silva entrena a los individuos para poder conservar comunicación parlante y otro tipo de actividades Beta en el nivel Alfa, así como permitir procesos de pensamiento de tipo Alfa tales como la creatividad y la naturaleza intuitiva como parte de una intención voluntaria para suministrar más y mejor distribución de las funciones entre los hemisferios izquierdo y derecho. Contribuye a equilibrar una preocupación desigual con las funciones del hemisferio izquierdo al tratar de resolver pro­blemas. Parece lograr una utilización más efectiva del potencial cerebral al propiciar voluntariamente la utilización de la función del hemisferio derecho.

GRÁFICAS CORRELATIVAS DEL EEG EN RELACIÓN CON LA ATENCIÓN HUMANA

Frederick J. Bremner, V. Benignus, y F. Moritz, Trinity University, San Antonio, Texas
Este estudio fue apoyado por la Mind Science Foundation, de Los Ángeles, California. Los autores manifiestan su agrade­cimiento al señor José Silva por su participación en el experi­mento, así como al señor David L. Carlson por su ayuda en la preparación del manuscrito.
Un modelo para el estudio de la atención utilizando las lec­turas del EEG como un variante confiable ha sido presentado por Bremner y sus colegas. (Bremner, 1970; Ford, Morris, y Bremner, 1968; Eddy, Bremner, y Thomas, 1971; Hurwitz y Bremner, 1972). Este modelo considera que hay diferentes clases o renglones de la atención, pero mientras que estos ren­glones son ortogonales, no están alineados en jerarquías. Los renglones son: expectación, contraexpectación, orientación, es­tímulo y desafoque (Hurwitz y Bremner, 1972).
La utilidad de este modelo aumentará según se generalice. Este estudio trata de extender la generalización del modelo des­de los datos obtenidos con animales en su fase original a los datos relacionados con estados de atención en el ser humano. Para ello el estudio se concentró en dos aspectos. Uno de ellos fue para constatar si el EEG mostraba sensibilidad a los cambios relacionados con renglones anteriormente propuestos. El otro fue para establecer si había algún renglón aislado en la atención del humano pero que no se presentaba o no se detectaba en los animales.
Debido a que los experimentos para poner a prueba el mo­delo fueron dirigidos al índice de expectación, fue este mismo índice el que se escogió para hacer pruebas de la atención hu­mana. Se advierte al lector que aquí el término "expectación" se usa para indicar que los sujetos (Ss) han aprendido a relacio­nar que al estímulo A le sigue el estímulo B.
Ya que los detalles y el procedimiento se explican en la parte "Método" basta decir que esto se hace bajo el concepto clásico de acondicionamiento. Esta fase se ciñe hasta donde es posible a la que se utilizó para obtener datos con los animales, advir­tiéndose sin embargo, que en los animales nos apoyamos en la facilidad de utilizar el ritmo Theta mientras que en el humano las lecturas se caracterizaban por una alta probabilidad de rit­mo Alfa. Así que este fue el que usamos como dato de variante confiable. El segundo aspecto de este estudio bien puede ser el de mayor interés. Los psicólogos han especulado frecuente­mente sobre la existencia de la conciencia interna en el huma­no, y este modelo se dirige a esta cuestión haciendo del enfoque interno un renglón de la atención. El renglón se caracteriza por la ausencia de estímulos externos y por ser observable úni­camente en los humanos. Se postula que este renglón puede ser medido por fluctuaciones en el EEG que ocurren como reac­ciones de los sujetos durante estados de meditación y profunda relajación.

MÉTODO

Sujetos: Los Ss fueron veinte estudiantes voluntarios varones, universitarios de una clase de psicología elemental. Sus edades iban de los 18 a los 25 años. Se les indicó que el experimento estaba relacionado con autocontrol de ondas cerebrales, y se for­maron al azar dos grupos de diez Ss cada uno.
Equipo: Un electroencefalógrafo de tipo T marca Beckman se utilizó. Los electrodos de acero inoxidable fueron insertados subcutáneamente sobre las áreas de la coronilla y occipital. Las lecturas del EEG fueron observadas visualmente así como gra­badas en cinta. Mediante un sistema especial, las ondas cerebra­les Alfa (8-13 Hz) podían ser separadas del electrodo occipital y llevadas al sujeto mediante audífonos como retroalimentación de la frecuencia Alfa. Un aparato programador digital de la Digital Equipment Corporation fue preparado para señalar un número binario con una intermitencia de medio segundo, y diez segundos más tarde conectar un UCS de diez segundos! La señal CS era un ligero tronido en los audífonos puestos so­bre los oídos del sujeto y causado por un abrir o cerrar de un relay conectado a una batería de seis voltios. El UCS era un Grass PS 2 Photostimulator de luz estroboscópica ajustada a la fre­cuencia Alfa del sujeto con los ojos cerrados. Todos los datos se registraron en un sistema de grabación de 8 canales modelo Ampex Sp 300 Analog y la cinta terminada fue digitalizada por un convertidor A-D conectado a una computadora IBM 360/44 antes del análisis.
Procedimiento: El experimento fue revisado y aprobado por un Comité Universitario para el Tratamiento Humanitario de Seres Humanos como Sujetos de Experimentación. A cada sujeto se le pidió que llenara un cuestionario solicitando de él infor­mación tal como: la última vez que hubiera ingerido alcohol o drogas, historia clínica de algún ataque epiléptico, experien­cias pasadas con hipnosis, yoga, acondicionamiento en Alfa. , Adicionalmente se le pidió al sujeto cuando primeramente entró al laboratorio, que firmara su consentimiento de participar en el experimento declarando que el propósito y los métodos a seguir se le habían explicado previamente.

Primeramente se le tomó a cada S un electroencefalograma con ojos cerrados y sin retroalimentación. La gráfica quedó marcada con un número binario y se usaron canales separados para grabar las ondas cerebrales filtradas y las no filtradas. Este procedimiento se repitió con ojos abiertos mientras se observaba el semblante del S mediante televisión de circuito cerrado y el tiempo total en la cámara de observación básica fue de 30 mi­nutos para cada sujeto. Esta lectura de procedimiento básico se repitió hasta ser obtenida a plena satisfacción libre de cual­quier posibilidad de fallas de equipo.
Después del procedimiento básico, los Ss fueron divididos en dos grupos de 10 Ss. Un grupo (Silva) recibió 14 horas de en­trenamiento del método Control Mental José Silva (Shah, 1971). Siendo la "técnica de control mental" Silva insólita, ella se des­arrolla a base de relajamientos profundos y procedimientos de grupo parecidos a la hipnosis. También se le dedica tiempo a lo que podría llamarse ejercicios de PES. La semana siguiente los Ss fueron llevados al laboratorio y se les tomó un EEG de 20 minutos. Se tomaron lecturas con ojos cerrados y con ojos abier­tos mientras los Ss practicaban sus técnicas Silva. En otra ocasión se tomó un EEG a los mismos Ss con retroalimentación auditiva bajo condiciones similares.
El segundo grupo (CC) de 10 Ss fue sometido a un clásico acondicionamiento de 50 pruebas por sesión. Cada prueba con­sistió de un CS con señal de medio segundo seguida de 10 se­gundos de pausa (ISI), seguido de un USC consistente en una duración de luz estroboscópica ajustada a la frecuencia Alfa del sujeto con ojos cerrados. El intervalo entre pruebas (ITI) fue irregular dándole principio cuando el S parecía estar rela­jado. No hubo retroalimentación en estas pruebas. La sesión de 50 pruebas duró de 20 a 30 minutos y las sesiones se repitie­ron hasta que el S estaba acondicionado para producir Alfa, o hasta que el experimentador se convencía de que el S no podía producir suficiente Alfa. La última sesión de 50 pruebas fue conducida en grupo CC con retroalimentación biogénica. Todos los datos de acondicionamiento clásico fueron tomados en si­tuación de ojos abiertos.

TRATAMIENTO DE LOS RESULTADOS

Con el fin de analizar los datos del EEG estos fueron cla­sificados en series, consistiendo cada serie de 10 segundos conse­cutivos de lectura. Para los datos de base se le tomó a cada S una serie con ojos cerrados y otra con ojos abiertos. A los Ss Silva después del entrenamiento de 14 horas se les tomó igualmente una serie de ojos abiertos y otra con ojos cerrados sin retro­alimentación. También se tomaron al grupo Silva series con ojos cerrados y con ojos abiertos con retroalimentación. Para el grupo CC se tomó una prueba anterior (prueba 3 si era libre de aparatos) y la serie fue de 10 segundos ISI. Otra serie pare­cida fue tomada en la última prueba antes de la retroalimenta­ción y una serie final se tomó después de empezar la retro­alimentación.
Cada prueba fue sometida al convertidor A-D y analizado el espectro, rindiendo lectura a diversas frecuencias del EEG (Walter, 1968). En este reporte solo consignamos los datos con ojos abiertos.

RESULTADOS

Las figuras I y II (pág. 217), resumen los resultados del grupo CC y el grupo Silva respectivamente. Los efectos de la retroali­mentación también se observan en cada figura. Los tres aspectos del experimento fueron proyectados sobre un eje común de ma­nera que puedan observarse en la figura de cada grupo las comparaciones entre el estudio preliminar, el desarrollo de pro­ducción Alfa a través del experimento, y la influencia de la retroalimentación.
Observando primeramente al grupo CC (Figura I) se percibe un claro aumento de producción Alfa debido al entrenamiento el cual está indicado por una alta de la línea media en las fre­cuencias 8 a 9 Hz. Los datos preliminares no parecían indicar ritmo Alfa predominante según el espectro aplanarlo. El aumen­to en porcentaje promedio se distribuye entre un menor nú­mero de frecuencias. Se observa adicionalmente un cambio en la banda alta cuando entra la retroalimentación y esto es acompa­ñado por un mayor estrechamiento en el espectro. Es decir, que al iniciarse la retroalimentación esto produjo otro cambio de frecuencia.
Un fenómeno parecido puede observarse en el grupo Silva (Figura II), pero hay que tener cautela al comparar las figuras de los dos grupos. Un examen cuidadoso nos muestra que los Ss Silva estaban ampliamente capacitados para producir ritmo Alfa después del entrenamiento, aunque no en la cantidad que demostraron los Ss de CC (Ver Figura I). Nuevamente se pre­sentó un descenso de frecuencia y aquí aparenta ser mayor que en el grupo CC. Esta conclusión puede no ser enteramente correcta porque en el estudio preliminar del grupo Silva las lecturas incluyeron elevada producción de alta frecuencia en el orden de 10 a 12 Hz, mientras que la lectura preliminar del grupo CC no mostró esto. Por tanto es difícil juzgar el grado de cambio relativo en los dos grupos. Sin embargo, conviene señalar que el cambio de frecuencia ocurrió en la misma di­rección en ambos grupos, y que la retroalimentación tuvo el mismo efecto en ambos casos (Ver Figura II).

COMENTARIOS

Los datos que se han presentado parecen apoyar el modelo de experimentación sobre la atención ideado por el doctor Bremner, especialmente en los renglones de expectación y enfo­que interno. Es interesante comparar las observaciones hechas con humanos y las que se hicieron con los animales, los cuales fueron originalmente empleadas para definir el renglón de la expectación. (Véase Figura III). Al comparar las figuras I y III, se observa cierta similitud. En el estudio preliminar y en el CS las curvas son amplias y aplanadas mientras que las curvas de acondicionamiento son agudas. Además las dos gráficas mues­tran cambios de frecuencia aunque los autores reconocen que estos cambios van en direcciones opuestas. Esto se atribuye al hecho de que los datos en los animales fueron tomados de lec­turas obtenidas de las áreas laterales del cerebro, mientras que en los humanos se tomaron de la región occipital. Por lo tanto tal parece que según este modelo de experimentación, la expec­tación está relacionada con la forma del espectro y con un cambio de frecuencia. Otros autores han reportado cambios de frecuencia en el ritmo Alfa del humano que apoyarían el ren­glón de expectación (Knott y Henry, 1941; Williams, 1940) o por lo menos una correlación de Alfa con la atención (Jasper y Shagass, 1940).
Los autores afirman que el renglón de enfoque interno queda demostrado por la Figura II. Los Ss entrenados por sis­tema Control Mental Silva, no usaron estímulos externos para generar sus resultados, sino más bien lo que podría describirse como imágenes mentales. Uno de los méritos del modelo Bremner en este sentido es que al definir el renglón como "enfoque interno" se hace innecesario usar términos tales como "concien­cia" o "imágenes mentales". El enfoque interno se vale de con­diciones antecedentes como lo son las instrucciones a los Ss y se vale de los cambios observados en el EEG. Desde luego se comprende que habrá de requerir mayores controles para po­ner a prueba la validez y confiabilidad del renglón de enfoque interno. Esto es especialmente cierto a la luz de la censura de Harts (1968), en el sentido de que los Ss dejados solos en la penumbra de una habitación durante algunos minutos aumen­taron su producción Alfa. El estudio aquí presente (y Brown, 1970) no están vulnerables a esta observación ya que utilizan cambios de frecuencia y formas del espectro en contraste con aquellos estudios que dependen de la cantidad o amplitud de Alfa (Kamiya, 1968). Sin embargo, es interesante especular so­bre los cambios de frecuencia adicionales después de introducir la retroalimentación. En el caso del grupo CC podía haber servido para hacer el UCR y el CR más evidentes, cambiando así el acondicionamiento clásico a una situación de acondicio­namiento por medio de instrumentos, con un CR de alto nivel incentivo. Por otra parte para el Grupo Silva la retroalimenta­ción puede haber hecho más explícito a los Ss una correlación de enfoque interno que no es subjetiva.
La concentración interna como un renglón de la atención
Doctores Frederick J. Bremner y F. Moritz, Universidad Trinity, San Antonio, Texas
Este estudio fue patrocinado por la Mind Science Foundation, de Los Ángeles, California, y los autores expresan su agrade­cimiento al señor José Silva por su participación en el expe­rimento.

RESUMEN

Este informe trata de aportar mayor evidencia sobre el en­foque interno de la atención en los humanos. El modelo teórico se funda en los cambios de los estados EEG como un elemento de variación confiable y al orden verbal del operador para ini­ciar la generación de ondas Alfa como factor variable indepen­diente necesarios para poder predecir el enfoque interno de la atención.
En una publicación anterior (Bremner, y demás, 1972) se presenta la sugerencia de que el enfoque interno constituye un renglón de la atención y de que esto puede definirse mediante ciertas condiciones antecedentes y determinados cambios del carácter de la lectura en el EEG. Tales cambios en el EEG eran la producción de ritmo Alfa motivada por estímulos empleados como factores variables independientes. Dicho estudio anterior se prestó a la censura, ya que Hart había reportado (1968) que algunos sujetos dejados solos en la penumbra de una habitación durante algunos minutos, aumentan su producción Alfa. Sin embargo, se consideró que si un S puede iniciar y detener la generación de frecuencia Alfa simultáneamente con alguna se­ñal del experimentador, esto podía dejar satisfecha la duda presentada por Hart. Si además el inicio del ritmo Alfa se rela­cionaba con la declaración verbal del sujeto de estar enfocado internamente, esto daría evidencia colateral en apoyo del con­cepto de un renglón de enfoque interno.

MÉTODO

Sujetos: Diez hombres y mujeres previamente entrenados para generar ritmo Alfa sirvieron como sujetos. Algunos de ellos fue­ron los mismos que se habían utilizado en el experimento an­terior (Bremner y demás, 1972); a pesar de esto, todos los Ss reportaron haber tenido considerable experiencia en la gene­ración de Alfa y haber recibido acondicionamiento para la relajación profunda al igual que haber tenido alguna expe­riencia en ejercicios psíquicos.
Aparatos: Se utilizó un electroencefalógrafo Beckman tipo T. Los electrodos de acero inoxidable fueron implantados subcu­táneamente sobre la coronilla y área occipital. Las lecturas del EEG fueron observadas visualmente así como grabadas en cinta. Fue ajustado un programador lógico de la Digital Equipment Corporation para marcar un número binario en el regis­tro. El semblante y el busto de los Ss quedaron bajo observa­ción mediante una cámara de televisión en circuito cerrado. Todos los datos quedaron registrados en un sistema de grabación Ampex Sp 300 Analog de 8 canales.
Procedimiento: Cada sujeto llenó un cuestionario pidiendo in­formación tal como última vez que ingirió alcohol o drogas, historia clínica de algún ataque epiléptico, y experiencias an­teriores con hipnosis o relajamiento profundo. Además se le pidió a cada S firmar su consentimiento de participar en el ex­perimento y reconocer que la naturaleza y el objeto del proce­dimiento se le habían explicado previamente. A cada S se le pidió generar Alfa bajo cualquier método que estuviera acos­tumbrado a emplear. Un estudio preliminar con duración de 5 minutos, se le hizo a cada sujeto con los ojos cerrados. Otros 10 minutos se dedicaron a lo que podría llamarse ejercicios de PES (Método Silva; McKnight, 1972), para que el S pudiera tener un punto de referencia para generar Alfa. Después se le pidió a los Ss que produjeran Alfa al recibir una orden verbal del experimentador mientras ellos mantenían los ojos cerrados. Cuando a juicio del experimentador los datos del EEG indi­caban que el S estaba realmente generando Alfa, aproximada­mente 30 segundos más tarde el S recibía la orden de "suspen­der Alfa". Las órdenes de iniciar y suspender continuaban hasta que el experimentador consideraba que el S había demostrado suficientemente su capacidad y que el experimento estaba com­pletamente libre de fallas mecánicas. Entonces se le daban al S instrucciones de "abrir los ojos" y después se continuaba con el mismo procedimiento de iniciar y suspender. Aunque nin­guno de los Ss en este estudio mostraba dificultad para generar Alfa, sin embargo, algunos no siempre podían suspender la producción de Alfa al recibir la orden, especialmente cuando sus ojos continuaban cerrados. El tiempo total en la cámara de prueba para todo el proceso fue aproximadamente de 45 minutos.

RESULTADOS

Los resultados del estudio se presentan en las Figuras IV y V. Aunque el estudio fue originalmente diseñado para que los datos pudieran ser analizados a base de espectro, el contraste entre la cerebración Alfa y no Alfa, estaba tan claramente defi­nido que los experimentadores consideraron innecesario el aná­lisis estadístico. La Figura IV contiene los datos de los 4 Ss con ojos cerrados. La letra S en la Figura IV indica iniciar, mientras que la T indica la orden de terminar. Obsérvese el contraste entre el perfil de diente de sierra de la línea Alfa y la reducida amplitud de la línea después de la orden de terminación. La Figura V muestra datos de un grupo de 5 suje­tos, 3 de los cuales mantenían ojos cerrados y los otros 2 (P8 y T9) con los ojos abiertos (véase Figura V). Es interesante ob­servar que el sujeto T9 con ojos abiertos muestra alguna tar­danza de varios segundos después de la orden de empezar a generar Alfa. Esto sucedió consistentemente con ese sujeto en todas las pruebas con ojos abiertos. Esto también se demostró con el sujeto 5 y fue bastante característico de este sujeto. Tam­bién apareció ocasionalmente este fenómeno con los otros Ss.
El informe verbal que dieron todos los Ss, fue de haberse encontrado en un estado de atención especial reconocible. Todos menos uno de los Ss pudieron predecir cuándo se encontraban generando Alfa y cuándo no. En otras palabras los propios Ss podían darse la orden de "iniciar" y "terminar" y los resultados aparecían iguales que en las Figuras IV y V.
Los resultados anteriores indicarían que por lo menos en este grupo de Ss la generación de ritmo Alfa no es un engaño. Así es que este grupo de Ss está menos propenso a la clase de error señalado por Hart (1968).
El intervalo de retraso en algunos sujetos es muy interesan­te, pero los autores no encuentran una explicación fácil para este fenómeno. Sin embargo, hubo una relación entre la lectura de ritmo Alfa en el EEG, la sensación especial subjetiva en el S, y su respuesta verbal de encontrarse en un estado especial de la atención que nosotros designamos como renglón de en­foque interno.


BIBLIOGRAFÍA

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